25

20.2K 741 470
                                    


Marylise.

No tenía ni idea lo bien que se sentiría abrir los ojos y que él se encuentre a mi lado. Se me hizo un poco extraño que me despertara de la forma en la que lo hizo. Me dijo que había intentado despertarme de muchas formas, pero ninguna resultó; dijo que sólo abría los ojos por unos segundos y luego los volvía a cerrar. Me contó que primero había pensado que estaba muerta porque ni siquiera me movía, luego comprobó que respiraba y él también lo hizo. Se frustró al ver la hora que era y también me dijo que había pensado llevarme así dormida a mi casa, pero finalmente desperté y me dejó en ésta en mis cinco sentidos.

Admito que su forma de despertarme no es algo que todos harían; o eso creo. Cuando estaba medio consciente, sentí algo invadiendo mi parte íntima. Me levanté alarmada y, segundos después, la resolución me pegó de lleno. Él se reía de mi involuntaria reacción ante sus intrusas y depravadas manos. A mí no me causó gracia al principio, pero después no sé por qué comencé a reír.

Viniendo de él, su manera de despertarme puede ser considerada como algo normal y cosa de todos los días.

Hoy Brent se encuentra conmigo, acompañándome como la mayoría de las veces. Hoy no voy a hacer lo que hice el jueves, lo de abrazar y besar a mi amigo para molestar a Harry. Cuando lo hice no lo pensé realmente, creí que sería una buena idea en ese momento pero, después de meditarlo estos días, me di cuenta que no estaba bien, que no debería jugar así con Brent, no debería de usarlo de esa manera para mis avaros fines. No es justo para él que le haga eso, que lo ilusione con algo que no pasa ni pasará.

—Oye, Marylise...— El llamado de Brent me hace salir de mis cavilaciones y dar un sobresalto de la sorpresa— ¿Tu primo me odia?— Suelta, confundido y curioso a la vez, haciendo que me atragante con mi saliva.

¿Eh?— No es que no le haya entendido, sino que quiero confirmar lo que escuché.

—Digo...— Se aclara la garganta—, no le he dado motivos para caerle mal y él me sigue mirando de esa manera— Dice, mirando por encima de mi hombro.

No me hace falta convertirme en adivina o ser un genio para saber que Harry está detrás, mirándonos o más bien, mirando a Brent de esa forma tan... abrumadora.

Espero que no se enoje demasiado, espero que su expresión no de desfiguré de tal manera que pareciese como si quisiera matar a alguien. No quiero que pase lo de antes. Sé que no me lastimará a mí, de eso estoy convencida, pero de lo que no estoy totalmente segura es que le haga daño a alguien más; a Brent. No quiero que lastime a nadie en sus arranques de ira, me sentiría demasiado culpable si eso llegase a pasar.

—No es mafioso, ¿verdad?— Pregunta, con cierto grado de diversión pero aun así puedo notar el temor y recelo en su voz.

—No, claro que no— Aseguro, regalándole una sonrisa—. Así es él, así mira a todos. No te odia, tranquilo— Miento, tratando de sosegarlo. No sé si lo odia realmente, pero de que le cae mal, le cae muy mal.

—Pues que linda forma de mirar a las personas— No me pasa desapercibido el claro sarcasmo en su voz.

—Sí, bueno...— Esbozo una sonrisa y echo una rápida mirada hacia atrás para confirmar que Harry se encuentra ahí—, ya me tengo que ir.

—De acuerdo— asiente ligeramente con la cabeza, pero puedo notar algo de pesar en su expresión.

Le regalo un breve asentimiento en un intento de despedida, preparándome para irme con Harry. Él da un paso hacia mí pero yo me alejo rápidamente dando media vuelta y trotando hasta el auto del hombre malhumorado que me mira con esos profundos e inescrutables ojos verdes que tanto me gusta ver.

Teach me math, baby » H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora