I See Who I Wanna Be (in my daughter's eyes) {{SuperCorp}}

Capítulo 13

Lo primero que Kara registró cuando se movió a la mañana siguiente fue el constante golpeteo de su cerebro contra el interior de su cráneo. El sol entraba constantemente a través del espacio entre sus cortinas y luchó contra el dolor por el brillo no deseado mientras abría los ojos, adormilada y entrecerrando los ojos mientras luchaba por ubicar su teléfono en la mesita de noche para verificar la hora. Sus extremidades se sentían pesadas mientras sostenía su teléfono ridículamente cerca de su cara y solo distinguía la información en la pantalla. Era un poco más de las nueve, lo que normalmente no la molestaría demasiado, hasta que notó el día en la parte superior de la pantalla y sintió que su adrenalina se disparaba. Lunes.

Kara se levantó de la cama de inmediato, murmurando algunas maldiciones en voz baja mientras trataba de tranquilizarse lo suficiente como para pensar con claridad. Trabajo. Ella llegara tarde al trabajo. Ella tenia que ir a trabajar. Su estómago se revolvió en protesta y de repente estuvo dolorosamente segura de una cosa. Estaba a punto de vomitar.

Corrió al baño, golpeando ciegamente el interruptor de la luz en la pared antes de caer de rodillas frente a la taza del inodoro, recogiéndose el cabello hacia atrás y esperando miserablemente lo inevitable. Kara odiaba vomitar, no es que conociera a nadie que lo disfrutara, pero se revolcaba en autocompasión mientras vaciaba repetidamente el contenido de su estómago en la taza del inodoro. Apenas registró a Alex entrando sigilosamente y atando su cabello en medio de sus arcadas, pero cuando estuvo segura de que había terminado, se concentró en la reconfortante sensación de la cálida mano de Alex frotando círculos hacia arriba y hacia abajo a través de la extensión de su espalda mientras se dejaba caer en el suelo, presionando su mejilla contra el agradable frescor de las baldosas.

"Voy a llegar tarde al trabajo". murmuró adormilada en dirección a Alex.

"Es un fin de semana largo, idiota. No tienes trabajo." Alex le recordó mientras intentaba levantarla del suelo.

Cada parte del cuerpo de Kara protestó por el movimiento y Alex finalmente cedió al tratar de levantar del suelo el peso muerto que era su hermana, y optó por llevar una almohada y una manta de su habitación al baño para que Kara se acostara. Cuando regresó con un vaso de agua y algunos analgésicos, Kara se había desmayado una vez más, acurrucada en la almohada.

Era mediodía antes de que finalmente se moviera de nuevo, su cuerpo adolorido por permanecer tanto tiempo en el suelo de baldosas. Kara se incorporó hasta quedar sentada antes de descubrir qué la había despertado en primer lugar. El olor fue celestial. Lo que fuera que Alex estaba cocinando en la cocina estaba disipando su resaca lentamente, por lo que reunió la fuerza para levantarse del suelo y caminar hasta la cocina, su cabeza latía continuamente al ritmo de cada uno de sus pasos a medida que avanzaba.

"¡Oh bien, estás viva! Te hice el almuerzo." Alex la saludó cuando ella se subió a uno de los taburetes en la isla de la cocina y apoyó las mejillas en las palmas de las manos.

Kara murmuró un rápido gracias antes de que le pusieran un plato de pura felicidad delante de ella y sintió que se le hacía agua la boca al tomarlo. Era todo lo que podría haber querido en ese momento. Salchicha, tocino, huevos y algunos panqueques de formas cuestionables, pero sorprendentemente deliciosos.

Se lleno la boca de inmediato, deteniéndose solo para tomar unos cuantos tragos del café celestial que Alex había dejado a su lado en algún momento mientras comía, antes de continuar. Cuando terminó, se sentía un poco mejor que antes cuando se despertó, y Alex logró convencerla para que se sentara en el sofá.

"Gracias por traerme a casa anoche. No estoy segura de haber sobrevivido sin ti aquí." Kara se rió cuando Alex le entregó otra taza de café humeante y se sentó a su lado. "Lamento haberme dejado llevar tanto por todo el asunto de la bebida, no estoy segura de lo que pasó".