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Quizá era un suceso que para alguien más sería solo una perdida insignificante, el frasco no estaba hecho de oro o jade, era solo plástico, común y corriente, pero el tiempo que lo conservo y el motivo por lo cual lo hizo lo hacía tan especial. Por ello y más, no podía sentirse bien luego de lo que el guardián de mundos hizo.

Su llanto salía de su garganta bastante frenético, con la respiración agitada, para él era casi una reliquia que conservo por siglos.

La negatividad por alguna razón dejó de salir, lloraba lágrimas usuales de esqueleto, aun así sus ropas estaban hechas un desastre, se veía el líquido negro sobre sus ropas moradas, se quedó sentado, con la espalda recostada contra una pared del cuarto.

Pese a sentir una gran cantidad de sentimientos negativos, no volvió a su forma corrupta, incluso estaba llorando por la perdida de ese valioso recuerdo.

— ¿En serio estás así por unos papeles viejos? Estaban hasta amarillentos. — Ink desde su mano, lanzo tinta al aire, la cual se dispersó en partes más pequeñas, convirtiéndose en hojas de papel en blanco. — Tienes nuevas hojas. Y muchas.

El negativo solo se mantuvo de ese modo, Ink no sabía la razón exacta, no tenía manera de saberlo, era pésimo empatizando con alguien que lloraba, siempre decía o hacía algo fuera de lugar, Nightmare sabía bien con que tipo de esqueleto estaba, pero, en esta ocasión juraba que Ink se comportaba especialmente cruel con él.

Aquel pintor no tenía idea de la crema, no lo recordaba, sabía que sería en vano recriminarle, por lo que tuvo que morder su lengua, ahogando su llanto y quejidos, cosa que con el dolor no fue el caso, que seguía afligiéndole con violencia.

No, no iba a hablar, era mejor que no tocara el pasado con Ink.

Si él no lo recordaba, ¿para qué rascar las cicatrices? No tenía caso, de algún modo lo tenía con él, por más que le quemara.

Sintió como su cuerpo fue cargado, aferrándose con desespero a su pareja, sintiéndose confundido en su totalidad, hace poco lo trato de una manera tan indiferente y apática.

Ahora lo estaba cargando contra su cuerpo, al cual se agarraba desde su cuello, escondiendo si rostro lloroso en su pecho, frotándose en el mismo como si fuera un gato buscando atención de su amo.

La necesidad de estar con él, a pesar de los tratos, era más fuerte.

La poca negatividad que el ex-guardián expulsó manchaban las prendas de Ink, el cual solo lo siguió arrullando contra él, teniendo una sonrisa ligera.

— Lo siento, me pasé, ¿verdad?

Ahora pedía perdón, no podía estar más confundido por su comportamiento, pero, quizá eso le gustaba, que fuera tan espontáneo, impredecible, eso hacía...

A Ink irreemplazable para él.

Se encaminó aún con el negativo en brazos hasta el comedor, sentando al sumiso sobre la mesa del mismo, fue el único sitio estaba intacto de las provocaciones hacia Nightmare.

— ¿No me dirás nada?

Pregunto el ahora más alto, encontrándose con la mirada perdida del otro. Dejo salir un suspiro aun conservando aquella sonrisa, estaba bastante sereno, lo más probable era que aquella sumisión que no tenía de Nightmare desde que empezaron con los conflictos.

Retiro las prendas del negativo con cuidado, el de pupilas moradas solo lo ayudo con lentitud en ese proceso alzando sus brazos, sus prendas estaban manchadas después de todo, dejando caer estas al suelo. Deposito un beso en su frente, susurrando un: “Ya regreso”.

Saliendo del comedor, regresando con una pijama delgada para su pareja, colocándola a un costado del otro. No le gustaba que Nightmare fuera, indiferente con él, sabía que incluso en esa forma no era la más afectuosa, pero siempre el ajeno se giraba a verlo de ratos a diferencia de ahora.

— Night... Incluso yo necesito que me hables... — Acuno el rostro de su pareja en sus manos, haciendo que le viera, más su príncipe seguía con un mirar que carecía de cualquier tipo de brillo, sus pupilas eran opacas, fue un duro golpe para él. — Quizá... Debamos intentar, llevarnos bien, como antes, lo necesitamos.

Una de sus manos bajó a su fémur, aprovechando la desnudez del más bajo, una caricia que subía desde su rótula hasta su pelvis.

— ¿Qué...?

Nightmare volvió en sí, pero sin comprender bien aunque mirara su acción, le gustaba ese trato de Ink, pero era muy repentino.

— Además, tenemos nuestros trabajos... No podemos descuidarlos.

La expresión del morado era entre desilusión y frustración, su ceño fruncido a punto de volver a llorar lo delataba.

Claro, a Ink solo le interesaba el orden del Multiverso, solo le interesaba que se cumplieran sus deberes, nada más.

El de prendas marrones se percató rápido y corrigió su error lo mejor que se le ocurrió.

— Pero, si, primero es nuestra... Relación...

Bajo la otra mano, acariciando sus costillas, encimándose mientras se colocaba entre las piernas de su pareja, logrando que Nightmare suavizara ese mirar, tanto por el tacto como por lo que escucho.

Pero algo simplemente, no se sentía bien, no del todo.

— N-No... No me siento b-bien, pienso lo mismo que tú, pero... — Ponerse a llorar no era opción, menos en esa clase de situaciones, no podía olvidar la perdida que provoco el berrinche del pintor que tanto adoraba. Aun así, sentía una mano ya estimulando su centro pélvico, buscando materializar sus genitales. — N-No ahora... Otro día...

Le encantaba ser tocado, sentirse deseado únicamente por él, pero esta vez no, simplemente no, pero continuaba siendo ignorando, así que trato de ser más firme en su habla.

— Ink, que no...

Este evito todo intento de reconciliación, dando un empujón lo suficientemente fuerte para apartarlo, bajándose de la mesa tomando el cambio para vestirse, huyendo a la habitación para poder cambiarse.

Estaba incomodado.

Mientras en el comedor, Ink se quedó confundido, estático aun procesando aquello. Su querido príncipe lo había, ¿rechazado? Vaya que nunca espero aquello, esperaba que el otro cediera, nunca se negó a su tacto, facilitaba siempre el proceso.

Así que... Era una sorpresa, la cual lo hizo reír leve por lo mismo. Decidiendo ir por el negativo al cuarto.

— T-Tú pincel... — Hablo el más bajo algo tembloroso, pero fuerte cuando oyó los pasos de Ink cerca de la habitación, pero basto eso para sonido de las pisadas se detuviera, como si esperara oír algo más. — E-Esta bajo la alfombra de tu cuarto de dibujos...

Se sentía bastante mal por dar aquella información al otro, sabía que con eso Ink no iba a seguir avanzando... No hacía él, los pasos volvieron, pero se oyeron más lejanos... Se intentó consolar, pensando que si trato de reconciliarse con él, era porque, lo amaba, no debía haber otro motivo.

Se acostó en la cama, refugiándose entre las almohadas, debía procesar todo, la perdida de aquel objeto.

Ink, por su lado, fue rápido donde se hallaba su arma, levanto la alfombra manchada del cuarto donde solía dibujar, viendo un compartimiento abajo de la misma, que al abrir, lo reunió con su amado pincel.

Él no recordaba aquello.

Nightmare fue ingenioso, era de esperarse, Ink no hubiera buscado en el lugar donde más solía estar.

Tomo su adorado pincel, al fin se reencontraba con él...

Y pronto también con Error.

❝Eternidad❞ ©Where stories live. Discover now