09

1.3K 192 55
                                    

Nightmare había estado en el castillo que prefería llamar fortaleza, porque sonaba menos homosexual, ubicada en su universo corrupto, algunas partes de las paredes externas estaban cubiertas de un líquido oscuro, negro, negatividad, las cuales golpeaba en las ocasiones que llegaba a tener ataques de ira cuando sentía esa debilidad por la falta de negatividad, prefiriendo liberar su enfado contra alguna que otra columna del sitio.

Debería hacer uso de su batería, por lo cual termino volviendo a la cafetería de Ccino, ninguno toco el tema del afrodisíaco, inclusive parecía que ambos se ahorraron la incomodidad de hablarlo, el menor le seguía pidiendo al menos unos besos, que al final él tenía que darle y notar que Nightmare ni siquiera se inmutaba.

Esos besos no se comparaban con los de Ink, esa sensación tan adictiva compartida en cada choque de dientes, cuando subía la intensidad, cuando alzaba su cuerpo para acomodarlo contra algo... Sin duda, no podía compararlo a ambos, Ccino era muy dependiente, empalagoso, a Nightmare le gustaba que Ink no fuera un tipo indefenso, que sabía sobrellevar las cosas, no le causaba preocupaciones de más.

— ¿Nightmare...?

— ¿Qué?

— Intenta... Quererme.

Pidió el dueño de la cafetería, con mucha pena en sus cuencas, estaban en la habitación del mismo, sentados en la cama, algo normal, igual Nightmare no tenía interés de tener coito con él. Desde siempre supo que el de vectores no lo amaba, que su relación fue por un trato, no por enamoramiento, al menos no mutuo, en todos esos meses se portó bien a pesar de mos maltratos verbales y psicológicos que recibía de su parte.

Si aguantaba quizá obtendría una muestra de afecto, así sea la más mínima.

— Mejor aprovecha que estoy acá y no pidas absurdos.

Pero no, recibía todo lo contrario, su alma dolía... Y Nightmare con deleite consumía uno de los dolores más grandes, el dolor de la indiferencia, de quien más amas, que puedes verle y convivir con él, pero que al final parece desinteresado en todo, en lo que le cuentas... Haces, los detalles que haces y las muestras de afecto sin corresponder como los besos o un simple beso.

El dolor de Ccino era tan grande, que satisfacía al ente, aplacaba gran parte de su hambre.

El menor sabe en que está metido, desde el principio lo supo bien, pero quizá se engañaba así mismo que Nightmare, dejaría de tratarlo mal, se conformaba con eso y seguir viéndolo, quizá si el negativo nunca hubiera conocido a Ink tendría más oportunidad.

Pero la realidad era única.

Nightmare adoraba al pintor.

Decidió volver a su casa, aquella con la cual compartía con él que consideraba el amor de su vida, podía ser él mismo, dejando de lado ese estrés que constantemente tenía que lidiar.

Fue recibido por el esqueleto con huesos grabados, quien estaba energético y animado, razón por la que regreso a ser ese ser sin esa masa oscura.

Pasaban los días, pero, lejos de verse buenos, para Nightmare empeoraban, notaba a su pintor indiferente, los besos parecía que siempre él tenía que darlos, dejo hasta de preguntarle que hacía o platicar ambos de sus planes.

— Ink, ¿puedes venir un momento?

Llamo el de corona dorada con un símbolo de luna creciente en el centro de la misma. Aquella peculiar pareja comenzó a ocuparse de sus propios asuntos, Nightmare con la negatividad e Ink con la creatividad de todo El Multiverso, inspirando a diversos artistas, desarrolladores, de videojuegos, dibujos, inclusive fanfics raros, algo muy agotador.

❝Eternidad❞ ©Where stories live. Discover now