CAPÍTULO 30

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DISPUESTO A TODO
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Edward

Me llevo otro trago de whisky a los labios. Ya anocheció. Ella no volvió a salir de la habitación y decidí no molestarla por su estado y alteración, así que decidí irme a Società Haste. No hay peor sitio que este. Siempre lo odié, pero de alguna forma, a veces me sirve para encerrarme y beber.

Fue un error haberme ido a ese bar, debí quedarme con ella.

Suelto el trago cuando alguien toca la puerta. Es probable que sea la pesada de Sherlyn en camino a tocarme los huevos.

—Adelante.

La puerta se abre y no me queda más que reaccionar avanzando hacia el imbécil que se aparece en mi camino. El labio empieza a sangrarle con el puñetazo que le lanzo en la cara.

«Daniel».

—Lárgate.

—Solo quiero hablar...

—Me importa una mierda.

Ya tiene la cara molida a golpes, parece que no le basta y sigue buscando más.

—Edward. —Cierra la puerta detrás de sí y me alejo—. Me equivoqué, en serio, estaba ebrio y ella se apareció y...

—¿Y viste la oportunidad de besarla? ¿Qué creíste que pasaría? ¿Qué te correspondería, justo a ti?

Ver el dolor en sus ojos me satisface de tal manera. Él nunca será suficiente para ella.

Y no lo digo como si yo también lo fuera.

—Fue un error. No sabía qué era lo que hacía.

—Metete en la cabeza que me eligió a mí y no a ti. Lidia con ello, Daniel, es mi mujer.

Solo mía.

Abre la boca para decir otra estupidez, pero se calla cuando la puerta se abre y es Sherlyn quien se aparece con su cara de mierda como siempre.

—No puedo creer que estén peleándose por una golfa —dice antes de mirarme—. Se te está metiendo por los ojos, es una caza fortunas, Edward, y me sorprende que aún no te des cuenta.

—Cierra la puta boca.

—Solo digo la verdad, Leanne Vitali logra desequilibrar a esta familia. Tan sólo, mírense, ¿en serio vas a pelear con tu hermano por una mujer que no vale la pena? Los está manipulando a ambos.

—No te pedí una puta opinión, así que te callas y te largas —le ordeno—. Y tú. —-Lo miro al otro imbécil que pertenece callado—. Aléjate de ella, no la vuelvas a tocar en tu vida.

Salgo de la oficina y me meto en el ascensor. Necesito explicarle. Esta situación de mierda me tiene hasta los huevos y quiero hablar con ella, hacerla entender de una puta vez que las cosas no son como cree.

La limusina me traslada al penthouse, llego en pocos minutos y atravieso la sala. Hades está sentado sobre el sofá y mueve la cola al verme.

Este perro roñoso.

Le acaricio el pelaje a las malas antes de dirigirme a la habitación. No pasó mucho desde nuestra discusión, debe seguir allí y lo compruebo al abrir la puerta y verla recostada en la cama.

Me deshago de mi saco y me desaflojo la corbata antes de sentarme en la cama. A este punto, ni siquiera sé si está dormida o solo me ignora de lo enfadada que está. Le toco el hombro repetidas veces y no abre los ojos.

—Leanne.

La zarandeo y no parece despertar. Repito su nombre, sigue sin despertar. Es entonces que noto lo pálida que está, tiene los labios agrietados.

Caricias PeligrosasWhere stories live. Discover now