CAPÍTULO 31

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Leanne

Muero de frío.

Ya no estoy segura de si es por mi reciente anemia o por el frío que hace, pero tengo más frío de lo normal. Me cubro con el edredón y no termina de bastar, mi cuerpo sigue pidiendo más calor para lograr abastecerse del todo.

Estoy intentando recuperarme y tomarlo con calma, incluso contacté a mi nutricionista para que me dé una mano con mi dieta balanceada y pueda tener una recuperación un poco más amena. Estoy tomando las pastillas prenatales desde ayer, aunque sigo un poco débil. Estoy un poco pálida, tengo la boca muy seca, un leve dolor en el pecho que se aparece por momentos y fatiga. Hades, por otro lado, no se ha separado de mí desde ayer.

Ahora, me hallo en la isla de la cocina. Mellea me preparó amablemente un plato de carne, frijoles y verduras de hoja verde oscuro acompañadas de un poco de cacahuate con un delicioso jugo de frutas. Le conté de mi anemia y accedió a ayudarme con mi dieta. Mi nutricionista me dijo que me enfoque en los alimentos ricos en hierro, en el folato, vitamina B- 12 y vitamina C.

De postre, me dejó preparados unos cupcakes de crema que suele hacer a menudo. Le hago un gesto con la cabeza a Hades para que me siga a la sala y así lo hace. Me siento sobre el sofá, él se sienta a mi lado, apoya la cabeza sobre mis piernas y deja que le acaricie el pelaje.

Es mi consentido. Lo acaricio todo el tiempo y le gusta que lo haga. Aún me urge comprarle una cama para perros, ya tiene comedero, solo me falta su cama y algunos juguetes para que pueda morder sin que destroce el penthouse.

De repente, oigo el sonido que produce el ascensor. Alguien vino. Oigo unos pasos y entonces, Emma se aparece en mi campo de visión, lleva en manos una tarta de durazno con crema que deja sobre la mesa antes de sentarse a mi lado y darme un beso en la mejilla. Abre la boca para hablar, sin embargo, parece callarse repentinamente al notar mi aspecto.

—¿Por qué estás pálida? —Posa su mano sobre mí frente—. ¿Te sientes bien?

—Sí, solo estoy anémica.

—Oh, qué mal. ¿Ya te sientes mejor? Traje tarta de durazno. —Señala.

Sonrío.

—Solo tengo un poco de frío y siento algún que otro dolor de vez en cuando.

—¿Y el bebé está bien?

—Según el doctor, sí.

Suspira.

—Qué bien, ya me habías asustado. Lo bueno es que, con suerte, te recuperarás pronto.

—Eso espero. —Noto que su mirada cae sobre Hades, quien sigue sobre mis piernas—. Oh, olvidé comentarte que tengo una nueva mascota.

—¡No jodas! Es... precioso. —Coge el collar que lleva y lee su nombre en voz alta—. Hades. ¿Cuándo lo adoptaste? Tiene un pelaje muy suave.

—Francesco me lo regaló.

Sonríe mientras lo acaricia.

—Es hermoso.

—Lo es.

Agradezco que se quede conmigo durante un par de minutos, pues me cuenta qué hizo en estas últimas semanas, me pregunta por mi embarazo y me hace sentir bien. No le menciono nada de lo que sucedió con las fotos, no me apetece mencionar problemas, solo quiero hablar con mi amiga como si nada pasara.

Se queda por un tiempo hasta que dejo que se marche. Me sugiere salir, pero opto por quedarme para cuidar mi estado. Me conviene recuperarme ahora que tengo la oportunidad.

Caricias PeligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora