CAPÍTULO 43

4.4K 396 92
                                    

ONLY MINE
.
Leanne

Al abrir los ojos, lo primero que veo es a Edward durmiendo a mi lado con tranquilidad, tal imagen hace que me humecte los labios. Tengo las hormonas revueltas y él se va tan tranquilo, tan atractivo, cuando solo está haciendo algo tan simple como dormir; nada del otro mundo. Por inercia, me acerco a él y reparto un camino de besos candentes por su cuello. Puedo sentir cómo reacciona cuando pasa su mano por mi culo para acercarme a él y entierra su rostro en mi cuello.

—Edward... —jadeo, deslizando su mano por el valle de mis pechos. Lentamente, empieza a descender su mano por mi abdomen hasta llegar al elástico de mis bragas, reprimo mi gemido cuando me toca por debajo de la tela de ellas—. No pares.

—¿No?

Su voz resuena de una forma más ronca de lo normal y añade otro de sus dedos a la estimulación sobre mi sexo. Sus movimientos son lentos y tortuosos, pero tan jodidamente placenteros que me roban el aliento.

»Te hice una pregunta, Leanne.

—No —respondo al tiempo que estampo mi boca contra la suya.

Dejo que me toque a su antojo mientras deslizo mis manos por sus abdominales cuando, de repente, recuerdo que hoy debo reunirme con Angelo. Por poco salto de la cama al ver la hora en el reloj, ¡mierda! Debo apresurarme.

—¿A dónde crees que vas? —dice Edward cuando me pongo de pie al instante y empiezo a arreglarme las bragas.

—Debo reunirme con Angelo.

Lo miro. El sol le da en sus ojos azules, dándoles un brillo un poco más atípico. Es difícil no observarlo con frecuencia a sabiendas de que se ve de esa manera.

Me cepillo los dientes, arreglo mi cabello y me visto con un vestido ajustado que remarca mi enorme vientre abultado. El embarazo ya tiene su avance y me siento un poco libre ahora. Puedo notar la mirada de Edward sobre mí, que me mira desde la cama.

Me acerco a la cama y me atrae hacia él de un tirón para atrapar mi boca con la suya.

—Lo queremos mucho, señor Haste —murmuro.

—Repítelo.

Esbozo una sonrisa.

—Su hijo y yo lo queremos mucho.

Me besa una vez más.

—Ve.

Finalmente, termino por marcharme y llego justo a tiempo a la agencia para encontrarme con Angelo en su despacho. Al tocar la puerta, su voz me indica que pase y así lo hago. Su mirada cae sobre la mía de inmediato, me examina con insistencia y se detiene en mi vientre abultado. Por más que trata de ocultar su sorpresa, puedo verla reflejada en sus ojos.

—Leanne —masculla.

—Angelo, buenos días.

—Buenos días —dice—. Toma asiento, por favor.

Me siento en uno de los pequeños sofás negros que están situados justo frente a su escritorio de roble.

—Entonces, ¿a qué se debe este fortuito encuentro? —interrogo.

—Primero, quería felicitarte por tu embarazo. Llevas años trabajando para nosotros, eres nuestra estrella y, como profesional, debo confesar que me sorprendió la noticia, pero estoy feliz por ti.

—Gracias.

Hace una pausa y junta ambas manos sobre el escritorio antes de proseguir.

—Te reúno aquí conmigo para ofrecerte una propuesta. Sé que debido a tu estado, has estado fuera de las pasarelas por decisión propia y privacidad, lo cual es entendible. —Asiento—. Ahora que veo que te sientes con más libertad para mostrarte con tu embarazo, quería ofrecer tu participación en un nuevo desfile.

Caricias PeligrosasWhere stories live. Discover now