VERSUS

15. Vuelta a Indianna

Creo que voy a dejar de beber tanto porque el calor y el alcohol me perturba la mente y estoy diciéndole tan ancha y pancha a Levi que prefiero que siga siendo mi crush.

— En serio —pongo mi mano en su brazo—, es una situación un poco incómoda—le digo a voces a través de la música que suena por los altavoces del local en el que nos encontramos.

— ¿Me estás rechazando?

— Creo que eso es lo que estoy haciendo porque es bastante raro.

— ¿Que quiera acostarme contigo?

— Exactamente eso. Eres como mi hermano —pongo una mano en mi pecho y él suelta una sonora carcajada— Además, quieres acostarte ahora conmigo porque soy algo fácil aquí. Así no tienes que buscar a nadie para conquistar.

— Me estás dejando de piedra, Paris.

— ¿Ah que sí? —Sonrío— Y he acertado en todo.

— Se puede decir que en la mayoría —se cruza de brazos.

— Eres un puto, Levi, pero se te quiere —pongo esta vez la mano en mi corazón.

— De acuerdo, se olvida lo de ayer entonces.

— ¿Lo de ayer?

Levi se ríe y me empuja levemente. Me he llevado todo el día pensando en lo que sucedió anoche y no, no estoy segura de nada con Levi porque siento que realmente ni siquiera le gusto. Solo está caliente y yo estoy ahí, siempre estoy ahí y no puede ser. Es como con Dave, el chico ni come ni deja comer, por el amor a Dios, ¿qué le pasa a los hombres?

Vale, mi decisión de no beber no ha durado mucho porque ya estamos bebiendo tequila. La música suena por todo el lugar y me siento bien, muy bien. Es como si mi cuerpo estuviera flotando al ritmo de la música, aunque no recuerdo en qué momento he empezado a bailar. Creo incluso que he entrado en trance porque todo lo que he pasado durante este tiempo vuelve a mi cabeza. Quizás debería haber aprovechado mejor el tiempo en la universidad, quizás debería haber abrazado más a Ethan o incluso haberme acostado con Dave, ¿por qué no?

Alguien agarra mi brazo y me tira hacia su cuerpo. No conozco a ese chico, pero quiere bailar conmigo. Yo no quiero, sinceramente, así que, intento separarme de él. Forcejeo y cuando voy a darle un puñetazo en su estúpida cara para que me suelte, alguien lo hace por mí.

Levi.

Alguien grita "pelea" y sé que estamos en problemas. Mi musculoso salvador puede con todos, por supuesto, también he escuchado a maldecir a Connor y yo... Bueno, estoy intentando que ningún puño vuele hacia mí porque al parecer el chico que quería bailar conmigo tiene muchos pero muchos amigos.

Ahora mismo, si esto fuese una película, la imagen podría congelarse mientras yo gateo entre las piernas de la gente y diría.

Me llamo Paris Duch y te preguntarás qué estoy haciendo aquí. Bueno, tengo amigos borrachos impulsivos.

Pero no es la primera vez que vivo una pelea como las de este calibre, hace unos años, estaba metida en medio de cuerpos musculosos de dos equipos de fútbol, sí, esa pelea en la que mi propio hermano y mi futuro exnovio me dejaron olvidada en el bar y acabé en el calabozo con Dave llamándome mono narigudo.

Consigo levantarme y me dan en la nariz, de nuevo. La historia se repite, pero en otro lugar del mundo. Quizás es que mi destino es empezar una pelea de bar y que me rompan la nariz, a lo mejor estoy en un círculo vicioso.

Las sirenas de la policía —si es que es eso lo que escucho porque ahora mismo todo me da vueltas—, hace que la gente empiece a correr y a salir de allí y me encuentro intentando ponerme a un lado para que no me lleve la estampida.