1; Un tiempo.

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Llego a casa y entro directamente en la habitación, dejando la mochila en el suelo. Pyper está tumbada en la cama leyendo un libro y yo me tiendo sobre la mía encontrándome verdaderamente mal.

Connor no me ha hablado sobre Ethan y ahora entiendo en la situación en la que está. Ethan es su amigo, pero yo soy su hermana. Es difícil ponerse de parte de alguien, por lo que no se ha puesto de parte de ninguno.

Tengo el móvil en silencio porque no dejan de llegarme llamadas de Ethan, ya que lo he bloqueado en WhatsApp para que no me lleguen los mensajes.

— ¿Estás bien? —Miro a Pyper y veo que ha dejado el libro a un lado y ahora me mira con el ceño fruncido— He visto lo de Ethan.

— ¿Y quién no? —Respondo con la voz ronca, me estoy resfriando y me duele la garganta.

— ¿Qué ha pasado?

— No lo sé. Vino a verme ayer con un ramo de flores, como si eso pudiese arreglar lo que hizo —me quito los zapatos y me siento sobre la cama—. Me mintió y se besó con esa modelo fea.

— Vi la foto. Es un poco triste, no me esperaba que hiciera eso.

— Debería habérmelo dicho, aunque me hubiera enfadado igual. Iba a ser nuestro primer acción de gracias juntos.

— Te entiendo. Hubiera reaccionado igual si Joe lo hubiera hecho.

Mi labio inferior tiembla y niego con la cabeza porque no quiero llorar más.

— No pensé que esto iba a ser tan difícil —murmuro mirando mis calcetines blancos—. O quizás es que no llegué a pensarlo bien del todo. Pero esto del contrato...

— Es jodido, lo sé. Piensa que antes de Navidad será todo tuyo de nuevo.

— ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo volverá a tener que firmar otro contrato? Estoy enamorada de Ethan, Pyper —junto mis labios en una fina línea y ella se levanta de su cama para sentarse a mi lado y pasar su brazo por mis hombros.

— Tienes que pensar lo que es mejor para ti, aunque lo ames, Paris. Tienes que ver si él sigue con los pies sobre la Tierra, si él va a seguir dándolo todo por ti o va a dejarse llevar por su manager y la fama.

Cierro los ojos con fuerza y Pyper me abraza. Recibo su abrazo gustosa y descanso mi cabeza en su hombro mientras los ojos se me llenan de lágrimas.

Vale, Paris Duch no llora y ya ha llorado demasiado, no puedo seguir así. He pasado un día entero metida en cama con una resaca que casi me muero y encima me ha bajado el período y no me aguanto ni yo.

— ¿Quieres una sopa? Creo que te vendría bien algo caliente.

— Oh, sí por favor —me separo de ella—. Le doy todos los días gracias al destino por ponerte en mi camino.

Ella me sonríe abiertamente y recoge su pelo corto en una pequeña coleta.

— Para que tú pusieras en mi camino a Joe —me guiña un ojo—. Voy a traerte el termómetro también, creo que tienes un poco de fiebre, acuéstate.

Ella sale de la habitación y obedezco. Me pongo el pijama y cuando me meto en la cama le envío a mamá un mensaje avisando de que he llegado.

Heidi jamás se ha comportado como Pyper lo está haciendo, o quizás será que yo estoy mimosa y me estoy dejando cuidar por una vez.

No tengo fiebre, y la sopa que Pyper me prepara me sienta de maravilla en el estómago, pero mi corazón sigue retorciéndose en mi pecho debido a Ethan.

VERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora