VERSUS

48; Traicionada

Estoy en el despacho del entrenador porque siento que la situación se me está yendo de las manos. O quizás es que no sé cómo sentirme.

Ni siquiera sé que estoy haciendo aquí, pero aquí estoy, esperando que termine de hablar con uno de los chicos.

Ethan se está viendo con una modelo. Pasean por la calle, van a comer, comparten risas e incluso van cogidos de las manos. Eso ya ha sido lo último y he tenido una gran discusión con Ethan.

También, mi padre ha aparecido y me ha contado una versión de la historia que desconocía. No fue él quien le fue infiel a mamá, sino ella a él.

Por eso mi padre se fue. Nos dejó. No es excusa para dejarnos a nosotros, pero me dijo que no podía, que no sabía como afrontar que mi madre se estaba acostando con otro hombre en su cama.

Se fue, conoció a una mujer y creó una familia.

"No me he olvidado de vosotros, jamás. Intenté varias veces ponerme en contacto con nosotros pero tu madre me lo prohibió. Tu abuela me ha mantenido informada de vosotros durante todos estos años".

"¿Y por qué me trataste así cuando fui a verte?" Le había preguntado.

"Mi familia no sabe nada de vosotros. Mis hijos. Mi mujer sí, pero es algo difícil de contar"

"¿Que tienes otros dos hijos? ¿Eso es difícil de contar?"

"Me odiáis. Tu hermano me lo demostró y me lo dijo el día que vino a buscarme. Cuando quise explicarle lo sucedido, no me dejó hablar y me dijo que no intentase hablar contigo, que no os merecía".

"Nos dejaste. No fue nuestra culpa que mamá hiciera eso".

"Lo sé. Sé que mis actos no fueron correctos. No fue la mejor manera de enfrentarme a los problemas y por eso estoy aquí, para pedirte perdón".

Aun no he hablado con mamá. Pero nos hizo creer una mentira. Mi padre no tiene ninguna excusa, nos abandonó, pero que ella fuese la responsable...

— Siento haberte hecho esperar —el entrenador entra y se sienta en la silla que hay tras su escritorio—. ¿Te encuentras bien?

No. Aparte de todo lo que me está pasando, he cogido infección de garganta y estoy con fiebre.

— Sí —mi voz sale grave, como la de un camionero y carraspeo para darme cuenta que no sirve de nada.

— ¿Qué ocurre?

— ¿Ha visto las fotos de Ethan? —Le pregunto.

— No, ¿qué fotos?

— Su representante le ha obligado a quedar con una modelo para que ella mejore su reputación. Es decir, fingir estar en algo y no sé qué hacer, entrenador. No sé a quién contárselo para que me dé un consejo.

— ¿Por qué Ethan ha aceptado?

— Porque también es bueno para su imagen. Al parecer no soy suficiente para su representante.

— No digas eso.

— Ni siquiera podemos vernos en la calle —me quito el gorro de mi cabeza porque tengo calor—. Y él viene cuando tiene un poco de tiempo, pero siempre está con ella.

Michael me mira fijamente y pienso que ha sido una mala idea venir. ¿Qué va a decirme? Me siento estúpida y quiero que el suelo me trague.

— La vida de un jugador de la NFL es así, Paris. Supuse que algo de esto pasaría. Tienes que tener en cuenta que no solo importa el cómo juega, si no su vida privada.