45; Borracheras

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Me miro en el espejo de cuerpo entero que tiene Ethan en su casa y me coloco bien el vestido burdeos que llevo. Estoy nerviosa porque Ethan va a presentarme hoy a toda su familia. Primos, tíos y abuelos.

Es el aniversario de sus padres y van a hacer algo grande, casi como una boda, diría yo. Van a volver a casarse. Boda de oro, creo que se llama.

Hace frío pero la ocasión requiere un vestido bonito, y los vestidos bonitos no son muy calentitos.

Por suerte, es de mangas largas, aunque son de encajes. Llevo mi pelo recogido en una trenza y unos altos tacones.

Tengo mi teléfono apuntando al espejo porque voy a hacerme una foto para enviársela a mamá y de camino, subirla a las redes sociales. Cuando la saco, miro por el espejo a Ethan, que está apoyado en el quicio de la puerta ya vestido con su traje de chaqueta. Lo que más me llama la atención es que está mirándome con las manos metidas en sus bolsillos.

Bajo el teléfono y lo miro a través del espejo.

- ¿Cómo voy? -Le pregunto pasando mis manos por mi cintura.

- Vas preciosa.

Sonrío un poco y vuelvo a mirarme al espejo. Ethan se acerca a mí y su mano se pone en mi cintura. Un tacto dulce y caliente. Su cuerpo se pega al mío y vuelvo a apuntar el móvil al espejo para sacar otra foto.

- ¿Salimos bien? -Pregunta mirando la pantalla de mi teléfono.

- Sí -miro hacia arriba y el baja su rostro para besarme.

Miento si digo que no he soñado con esto. He leído muchos libros y visto muchas películas. Soñaba algo así, y ahora, lo tenía y estaba feliz.

Aún con unos altos tacones, él sigue siendo más alto que yo. Y cuando me separo de él, me río porque tiene sus labios manchados de mi barra de labios.

Paso mis dedos por sus labios y él intenta morderlos y lamerlos.

- Para -me río.

Consigo quitarle la barra de labios pero él me da un pequeño beso de nuevo.

- Te quiero -me dice.

- Yo también a ti. ¿Tenemos que irnos ya?

Ethan mira su reloj. - Deberíamos.

- ¿Tú también estás caliente?

Mi novio me mira con las cejas alzadas porque no se espera mi pregunta. Hace tiempo que no nos vemos, una semana, vale, pero lo necesito. Una vez que lo he probado...

- Joder, ahora sí -se ríe y me acerca a su cuerpo-. Podríamos entretenernos un poco.

- No me gusta llegar tarde.

- No decías lo mismo en la universidad -pone sus manos en mi trasero.

- Bueno, eso es una cosa totalmente diferente -toco su nuca con mis dedos-. Tengo que darle una buena imagen a tu familia.

- La darás, de todos modos, me tienes que gustar a mí, no a ellos -su nariz roza la mía-, y me gustas demasiado.

Nuestros labios se rozan y sé que debo separarme antes de que Ethan coja iniciativa y me levante el vestido.

- Suficiente -digo en sus labios.

- ¿Suficiente? No puede ser verdad.

- Claro que sí, venga, vámonos -palmeo sus hombros y no le queda más remedio que soltarme.

Camino por su pequeño apartamento hasta llegar a la entrada y cojo el pequeño bolso negro de terciopelo que me he comprado.

Ethan no tarda en estar listo y salimos. Nos quedan unos cuarenta y cinco minutos para llegar al sitio, y pongo música.

VERSUSWhere stories live. Discover now