9; ¿Crush? ¿Qué es crush?

32.1K 2K 338
                                    

Cierro los libros con pesadez y me estiro en la silla del escritorio. Apoyo los codos encima del libro y miro por la ventana como las hojas de los árboles se mueven.

Estoy con una fina manga en casa porque la calefacción está puesta y se está bien, aunque el bello de la nuca se me eriza al pensar en el frío que tiene que hacer fuera. Saco de la última página del libro la foto y vuelvo a observarla con detenimiento.

Mi pelo corto, mi sonrisa, mis manos sosteniendo una pelota de goma y mi padre sosteniéndome en sus brazos con una amplia sonrisa. Apenas recuerdo mi etapa con ocho años, ni siquiera recuerdo cuando mi madre nos presentó a Kevin, pero sí recuerdo cuando nos mudamos a esta casa junto al hombre que se convertiría en nuestro padrastro.

Recuerdo decorar la habitación con mi madre y preguntarle por mi padre. Preguntar cuándo volvería a jugar conmigo. No lo hizo, por supuesto, y lo olvidé. Dejé que su recuerdo se fuera y ahora solo es pequeños flashes en mi cabeza.

Guardo la fotografía en la última página del libro y me levanto para después estirar mis extremidades por las horas que llevo sentada. Froto mis manos y cojo mi móvil caminando fuera de la habitación.

El olor a pavo asado me hace sonreír y me asomo por la cocina para ver a mamá cocinando junto a la abuela.

— Hola cariño —sonríe mi abuela y me acerco a ella para abrazarla—. Me dijo mamá que estabas estudiando y no quería molestarte.

— No molestas. ¿Qué estáis haciendo?

— Salsa de arándanos —dice la abuela.

— Y judías verdes.

— ¿Ya está hecho lo demás? ¿Puedo ayudar en algo?

— ¿Por qué no vas poniendo la mesa junto con Kevin? Todavía no se aclara como deben ir los cubiertos.

Los padres de Kevin vienen también a cenar con nosotros y sacamos la mantelería y cubertería elegante. Ambos ponemos la mesa en silencio. Su pelo castaño está desordenado porque no se ha peinado y sé que antes de que lleguen sus padres, va a afeitarse porque lleva varios días sin hacerlo.

— Me ha dicho tu hermano que tienes novio —habla.

Me quedo quieta, con las servilletas en mi mano y me mira con una sonrisa divertida en su rostro.

— Tener novio no es nada malo.

— Que Connor sea un cotilla es lo malo.

— Se le escapó anoche. Tu madre está esperando a que se lo cuentes.

— Cómo no —murmuro.

— Sigo viendo innecesario poner los adornos de Navidad en Acción de Gracias —dice Connor entrando en el salón con varias velas.

— Bueno, da gracias a que Wendy no nos obliga a poner el mantel de muñecos de nieve que compraron el año pasado —Kevin mira a su hija, que está concentrada viendo los dibujos mientras abraza a su muñeca.

Lo veo ir a la cocina y pellizco el brazo de Connor haciendo que él se queje y me mire con ganas de asesinarme.

— Me gustaría que dejaras de contar por ahí que estoy saliendo con alguien.

— ¿Es algo malo? —Mi hermano alza sus cejas y me quedo callada.

— No, pero mi relación no debería ser de incumbencia de nadie, ni siquiera sé si voy a seguir con él en un futuro.

Connor se cruza de brazos y me mira. La he cagado. Lo sé por como sus ojos me escrutan, intentando entender mi relación con Dave. Sospecha algo, ¡Connor sospecha algo!

VERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora