VERSUS

2. Vuelve a casa

Entro en el restaurante y suspiro pesadamente porque trabajar y estudiar es duro. Admiro a la gente que lo hace durante todo lo que duran sus estudios. Ojalá todos tuviéramos las mismas oportunidades para estudiar, pero así no funciona el mundo. Yo he tenido suerte, mucha, y mis hermanos también la tendrán si todo va bien.

Dejo mis cosas en la taquilla, al igual que el móvil porque solo he hablado con mamá, que no para de preguntarme cada hora si estoy bien. Respecto a la gripe, voy mejorando, ya al menos no tengo fiebre, pero aún tengo el quemazón en la garganta y la voz un poco ronca. Me he obligado a maquillarme para estar presentable y cuando salgo, me encuentro a Lucas, que me sonríe ampliamente.

— Hola Paris, ¿estás mejor?

— Sí —le sonrío—, poco a poco —llevo mi codo a mi boca y toso.

— ¡Vaya! Creo que eres una de las pocas personas que sabe cómo toser.

— Soy genial, Lucas, ya lo sabes.

— Es cierto, se me olvidaba —me guiña un ojo—. ¿Me ayudas a preparar las mesas?

— Claro.

No he visto a Dave, pero imagino que está en su despacho porque tiene la puerta cerrada. Saludo a Maura y su marido asomando mi cabeza por la cocina y ayudo a Lucas a montar todas las mesas.

— Eric me ha comentado algo sobre un viaje este verano.

— Sí, algo me ha dicho a mí también. Dime que no está mirando ya casas por airbnb —coloco las copas en la mesa.

— Es su pasatiempo favorito —se ríe.

Es increíble la manera en la que empezó la relación de Lucas y Eric y aquí estamos, casi un año después, juntos y felices. Me alegro por mi amigo, pero quién iba a pensar que se iba a liar con un chico de Indianápolis en el baño mientras todos los demás se pegaban fuera.

— Si todo va bien, iremos —le sonrío—. Aunque dudo que Dave nos de vacaciones a los dos a la vez.

— ¿Crees que seguirás trabajando aquí en verano?

Me quedo callada y quieta porque no he pensado en eso ¿Me va a despedir? ¿Por qué? ¿He hecho algo mal?

— Tranquila, tranquila —se ríe—. Es solo que terminarás la carrera y puede que encuentres otro trabajo, ¿no?

— No lo sé, no me gustaría dejar este trabajo sin encontrar otro. ¿Dave te ha dicho algo? ¿No está contento conmigo?

— Paris —pone sus manos en mis hombros—, Dave está contento contigo, no pienses demasiado, ¿vale?

— Vale.

El restaurante se llena esa noche y Dave se queda en la barra mientras Amelia, Lucas y yo atendemos todas las mesas. Somos un buen equipo, nos coordinamos bien y eso se ve en el servicio y las propinas que nos dejan. Ayudamos al matrimonio a lavar los platos después de cenar todos juntos. Sinceramente, nos siento como una familia, me siento a gusto allí y no solo me pasa a mí. Dave es un jefe comprensivo y amable. Manda cuando tiene que mandar pero también gasta bromas con todos nosotros.

— Paris, ¿puedo hablar contigo?

Miro a Dave y dejo de secar los platos para seguirlo a su despacho. Me ofrece sentarme en la silla y recoge varios bolígrafos que están en el suelo.

— Dave, esta silla está limpia, ¿no? —Señalo la silla en la que estoy sentada y él se ríe.

— Claro que sí, Paris. ¿Cómo estás?

— ¿Le preguntas a todos tus empleados esto?

— Te lo pregunto a ti porque eres la que me importa ahora mismo, sé que los demás están bien.