VERSUS

36; Con las manos en la masa

¿Mi relación con Ethan? Va bien. Hablamos por mensaje, nos miramos cuando hay gente a nuestro alrededor y nos besamos cuando estamos solos, como ahora.

Estoy en su habitación porque hemos quedado para ir a tomar algo lejos del campus. Está decidiendo que camiseta debe ponerse. Me acerco y paso mis dedos por el tatuaje del alce que tiene en su costado y él me mira. Mis ojos se encuentran con los suyos y miro ahora el que tiene en su bíceps.

Ethan sonríe y paso mis manos por su abdomen y espalda para abrazarlo. Él me rodea y besa mi frente.

— Ahora que has visto mis tatuajes de cerca, me toca ver el tuyo.

— Oh —sonrío—, ¿quieres saber la historia que hay detrás del tatuaje? —Me separo de él.

— Claro.

— Fue una apuesta —me levanto el vestido y me giro para estar de espaldas a él. Me bajo las medias para que pueda verlo mejor— con Agnes. Perdí, por supuesto.

— ¿De qué iba la apuesta?

Siento los dedos de Ethan pasar por mi nalga y muerdo mi labio inferior.

— Estábamos borrachas y creía que podía ganarme en beber chupitos.

— Y ganó.

— Sí, ganó. Yo estaba a punto del coma etílico. Creo que me desmayé minutos después y tuvieron que llevarme a casa.

— Creo que tienes un problema con el alcohol —siento su aliento en mi nalga.

— Yo creo que también —sus dientes se ponen en mi trasero y abro la boca. Sus manos están en ambos lados de mis caderas y me río cuando él vuelve a morderme— Venga, es suficiente.

Pero no, no es suficiente porque su mano se pone en la parte baja de mi espalda y me empuja hacia delante. Mis manos se apoyan en el escritorio y él desabrocha mis zapatos.

Levanto mis pies para quitarmelos y después el baja las medias, rozando mis piernas en el proceso.

Se levanta y se pone detrás de mí, presionando su cuerpo contra el mío. Sus manos están presionando mis caderas y presionan mi trasero contra él de nuevo.

— Creo que se me han quitado las ganas de ir a tomar algo —digo.

— Eso es bueno —sus dedos se ponen en mi pelo y lo coge entre sus manos. Tira de él y jadeo cuando tira de mí hacia atrás.

Hace tiempo que nadie me toca y estoy completamente ardiendo cuando apenas me ha tocado. Mis encuentros con Ethan se han resumido a besarnos cuando nadie nos ve y a enviarnos mensajes.

Sus manos se ponen en mis hombros y desliza los tirantes de mi vestido por mis brazos. Por suerte o por desgracia, hace falta bajarme más la cremallera para que el vestido se pueda bajar.

Ethan deja pequeños besos en uno de mis hombros y cierto los ojos poniendo mi mano en su nuca. Echo el cuello hacia un lado cuando sus besos ascienden y me quejo cuando muerde mi cuello.

— Nada de marcas —le aviso.

Su lengua pasa por mi cuello y tengo que juntar las piernas. Quiero hacer algo, quiero poder reaccionar y también coger iniciativa pero estoy atontada.

Me siento mareada por todo lo que estoy sintiendo ahora mismo y dejo que él maneje la situación porque no se siente como yo.

— ¿Por qué torturarme de esta manera? —Susurro.

— Quiero disfrutar de ti.

Sus manos viajan hacia la parte de arriba del vestido, a mis tirantes para bajarlos y pongo mis manos encima de las suyas, haciendo que pare.