Ethan Hall

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París está mirando el teléfono y yo no puedo dejar de mirarla a ella. Después de una sesión de sexo interesante, estamos en el sofá y una serie está puesta, pero no le estoy prestando mucha atención.

Sin embargo, ella sí, porque está buscando al protagonista para después darse cuenta que está mejor caracterizado.

— Vaya mierda —murmura dejando el teléfono a un lado. Sonrío y paso mis dedos por la barbilla.

Ella no había estado nunca en mis planes porque no había manera que Paris viese más allá de ella, el alcohol, Eric y la universidad.

Había estado visitando su casa y su habitación por un largo tiempo y jamás vi algún interés en mí. Vale, era el novio de su compañera de habitación, pero ella apenas me hablaba, por eso me encargaba de saludarla cada vez que la veía en la universidad.

Ella juntaba sus labios en una fina línea y levantaba su mano en forma de saludo. "Sí, ya te he visto, adiós".

No tenía ningún interés en relacionarse conmigo, ni siquiera cuando iba a su casa a pasar unos días allí.

Llegué a pensar que le gustaba, que por eso apenas me hablaba. Después me di cuenta que ella pasaba de mi.

Me fijé en ella cuando fui al primer entrenamiento. Ni siquiera me fijé en las animadoras que contoneaban sus caderas al ritmo de la música, aprendiéndose la coreografía para el primer partido. Me fijé en ella, sentada en la grada, sola, comiendo.

Quise acercarme, pero no lo hice porque me daba vergüenza.

Mi oportunidad fue cuando la vi agarrada a un árbol porque el viento se la llevaba. Era mi momento. Fui hacia ella, estaba nervioso, pero escuché un golpe y al girar mi cabeza vi a una chica rubia correr por todos los folios que habían salido volando.

Cuando volví mi vista a París, Eric ya la estaba ayudando mientras se reía a carcajadas.

Ayudé a Heidi. Me miró tímida mientras la ayudaba y ambos fuimos a refugiarnos de la tormenta que se avecinaba dentro de la cafetería dónde la invité a un café.

Era guapa y su sonrisa tímida me gustó.

Después me enteré que mi compañero de habitación y el capitán del equipo, era hermano de la chica que me gustaba.

Me alejé.

No me acerqué y me centré en Heidi. Me dediqué solo a observarla desde lejos.

Me resultó raro lo de Dave, demasiado raro, pero jamás pude imaginarme que Heidi me estuviese siendo infiel y mucho menos que Paris estuviese cubriendo todo aquello.

Connor tampoco podía creerse que su hermana estuviese saliendo con el quarterback del equipo rival.

Vamos, Paris, fan número uno del fútbol americano y del equipo de su universidad.

Imposible.

Algo fallaba.

Por eso convencí a Heidi para que quedásemos los cuatro. Quería ver si era verdad, y al principio ella se veía un poco incómoda, hasta que se soltó y la vi bailando y besándose con él.

Me di cuenta que aún me seguía gustando, que ella siempre me ha gustado.

Solo me conformé con Heidi.

— Los putos Peaky Blinders —murmuro y ella me mira con una media sonrisa en su rostro.

Se acerca a mí y abro mi brazo para recibirla. Rodeo su cuerpo con mi brazo y ella apoya su brazo en mi hombro.

— Tommy Shelby es genial.

— ¿Debo ponerme celoso?

— ¿Que me ponga caliente su personaje? Sí, deberías preocuparte.

VERSUSWhere stories live. Discover now