Capítulo 14

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Eleonora estaba sentada nuevamente en el salón de lectura, comiendo unas galletas de mantequilla y bebiendo té. Estaba sola, puesto que su prima y tía habían salido un momento para ir a buscar sus bordados, pero en realidad, le habían dejado para que pueda ser visitada por su último pretendiente de ese día.

Danilo se había preparado para ese momento y reunió todo su valor para confesar su amor a quien por años era la dueña de sus pensamientos más románticos, estaba seguro de que ella sentiría lo mismo por él.

La señora Fortunato había alejado a los curiosos de aquel lugar, y les ordenó que nadie se acercara en las proximidades del salón de lectura, para así, no interrumpir a Danilo.

Luciana estaba hecha una maraña de nervios esperando en su habitación, pero ya estaba pasando el tiempo y su curiosidad no pudo contenerla, así que camina por el pasillo de un largo corredor, hasta doblar en una esquina y mirar si no había nadie por el lugar, hasta llegar a la sala contigua al salón de lectura, pero al abrir la puerta, se sorprende que estaban pegados a la pared escuchando su madre, además de sus hermanos Alfonso, Carlota y Eugenia. Todos dan un brinco, pero al verla, le hacen un gesto con la mano para que guarde silencio y se acerque sin hacer ruido.

Luciana se quita los zapatos, para que sus tacones no hagan bullicio y los deja al lado de la puerta, en donde estaban también los zapatos de sus hermanos, y camina rápidamente en puntitas para llegar a la pared, pero se escuchaba solo murmullos. Luciana estaba segura de que ambos se estaban diciendo tiernas palabras de amor y planificaban su boda.

— Pero qué tierno, ¿creen que le permitan a Jacobo salir del seminario para asistir a la boda? — susurra Luciana emocionada, preguntando por su hermano que se estaba preparando para el sacerdocio.

— Pero qué tonta eres — susurra con enfado Carlota.

Emelina les hace callar, para que hagan silencio. Alfonso se acerca al oído de su hermana y le susurra.

— Eleonora rechazó a Danilo.

El asombro de Luciana era evidente, no podía creer eso, así que aparta a Carlota de donde estaba para poder escuchar mejor.

Desde el otro lado de la habitación, se podía escuchar algunas frases de Danilo.

~ ¿por qué no? ~ me esforzaré ~ no soy tu hermano ~ es injusto ~

En cuanto a Eleonora, era aún más difícil escuchar lo que ella decía, puesto que hablaba en voz baja y solo se le escuchó decir.

~ Te quiero, no me odies ~

Pasaron unos minutos más y se escucha cómo Danilo sale de la sala. Todos rápidamente se miran sin poder creer lo que había ocurrido, con una desagradable sensación de vacío en el estómago y sin decir nada, comienza a salir de aquella sala para marcharse del lugar.

Luciana se dirige al salón de lectura para ver a su prima, quien estaba llorando, mordiendo sus labios. Eleonora, al ver cómo se aproximaba Luciana, le abraza para sentir consuelo.

Ambas decidieron salir de aquel salón, ya que habían algunos ojos curiosos por el lugar y Luciana deseaba que su prima estuviera en paz, así que caminaron por los pasillos, hasta llegar a su dormitorio que, siempre había sido su refugio, cerrando la puerta con llave para poder charlar en privado.

— ¿Qué ha pasado? — pregunta Luciana — Ya sabemos que Danilo se te ha propuesto.

— Es que no puedo estar con él... yo le quiero, pero no así — Eleonora gimoteaba al llorar, sentada sobre el suave colchón de la cama de Luciana.

— Creo que estás confundida, él es muy dulce, hará lo que sea por ti... además que todos sabemos que él está locamente enamorado de ti desde que tenía 14 años. ¿Por qué no le das una oportunidad?

Un Amor Tan EquivocadoWhere stories live. Discover now