Lee el prólogo para conocer un poco la temática.
____________________________________________
Traducción hecha por mí y autorizada por la autora original, @Lalamylisa. Todos los créditos de la creación son para ella.
⚠️La obra toca varios temas deli...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
10:00 am, Seúl
Hay una línea que corre por su columna. Un descenso. Una curva en su espalda. Una pequeña ranura que mis dedos pueden palpar. Salvaguardar y atender. Curar, aliviar y enviar señales de un te amo en forma de cosquillas.
Te amo; mis dedos dicen.
Te amo.
Ella se acomoda en mi cuello y lo besa generosa y húmedamente, sin aliento. Me besa casi todo el tiempo estos días. En cada momento que compartimos y en cada parte que desnudo... que comparto con ella... que relevo... para ella. Labios, mejillas, dorsos de las manos, palmas, hombros, sienes. Pedacitos notorios míos y luego los que casi no lo son, los menos vistos, lo más ocultos, mis partes más íntimas.
Soy suya. Completamente suya. No hay una sola parte que no lo sea. No hay ni un solo toque no bienvenido. No hay un solo lugar que ella no pueda besar. Acojo su calor y dulces labios, siempre. Sin importar cuando y donde. Y eso, ella lo sabe. No tengo duda al respecto. No tengo dudas sobre ella. Ninguna. Y todo lo siento cargada de pasión; con los puños tensos y desesperación. Mi corazón late frenético y en sentido destructivo. No me importa, la amo, mis propios dedos lo dice al igual que todo lo demás. Creo que mis ojos lo expresan; mis besos, con toda seguridad también; mi toque, estamos de acuerdo en que sí; mis piernas inquietas y mi mojada hendidura son para recordarme a mí. No es como si necesitara un recordatorio de todos modos.
La amo, la amo.
Lo sé.
Ella lo sabe.
¿Lo sabe? ¿Y se deleita con ello? Me besa para hacerme suya, para decirme que sí lo sabe. Así, con cada beso, eres mía... ahora, ahora, ahora y hasta que le plazca. Cuando le plazca.
Cuando despertamos, cuando conversamos, cuando no, cuando vemos videos tontos en su teléfono, cuando hablo con mi padre en el mío, cuando me mira preparar café, cuando estamos sentada y nos quejamos por todos los pésimos canales de su ridículamente enorme televisión del hotel, cuando estamos acurrucadas en el sofá, cuando reímos por el reencuentro con la Sra. Verruga, cuando se burla de mis manos anormalmente grandes a comparación con mis pies de tamaño 'regular', cuando hacemos apuestas de quien tiene más lunares y luego contamos los de la otra, cuando miramos viejos mensajes de video de Sian cantando una original frase de 'ven a casa, te extraño', cuando ordenamos servicio a la habitación mientras me besa.
