Lee el prólogo para conocer un poco la temática.
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Traducción hecha por mí y autorizada por la autora original, @Lalamylisa. Todos los créditos de la creación son para ella.
⚠️La obra toca varios temas deli...
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3:00 pm, Busan
Primero, creo que mi insensatez es una substituta para las lágrimas que estoy conteniendo.
Segundo, noche buena sabe a desprecio.
No, no hubo un error de palabra. Quise decir exactamente eso; desprecio. Como: desdén, desdeño, rechazo (esta es una buena), repudio, negar - ignorar.
¡Ignorar!
I.G.N.O.R.A.R
Ignorar.
Y si no es eso entonces es una actuación; simulación, algo falso, una farsa... esto suena estúpido, pero es preciso, exacto, el reflejo auténtico de cómo luce noche buena. Y si sabe a desprecio y sabe a farsa entonces huele a sonrisas falsas y miradas evitativas.
Todo junto está siendo una carga de cagada sensorial. O pura cagada. Cualquiera queda, de todos modos. Todo el acto emana fraudulencia. O también como diría Jisoo: es turbio. Así estamos, y no me da orgullo admitirlo, lo sé, estoy bastante consciente de nuestro comportamiento/situación actual, en efecto... es "turbia".
Navidad... muy bien, esperen. No iba a mencionar la versión/sinónimo de Rosé para fraudulencia, sin embargo, viendo que esto (mi vida) ya es un chiste... ¿por qué no?
Yo, Jennie, haciéndole referencia a un científico loco, riendo hasta por el sonido de la luz. Ja. Ja. Ja. Y luego, por favor que se escuche el redoble de tambor.
Como una composición atroz del Dr. Seuss, una parada en la estación de la aliteración divertida, la única (una de las múltiples raras frases que Rosie Posie usa para alardear) la inigualable, la Robin Goodfellow de las palabras, *intensos redobles de tambor* una especial de la señorita Park:
¡A medias tintas!
Medias... tintas... ajá.
Se esperaban algo más, ¿cierto? Y sí, esa es una frase real.
Rosé diría que lo que estamos haciendo Lisa y yo es andar a medias tintas a un nivel horroroso.
Si ella no fuera tan amable como para decirlo.
En fin, Noche Buena me hizo querer vomitar y por primera vez no por elección. De hecho, ya vomité un poco, en mi boca hace un rato cuando mi papá hizo una broma sobre nietos. Y seguro hubiera hecho arcadas aunque estuviéramos bien, pero no me habría sentido tan enferma. No así. No a tal grado de que mis mejillas se inflaran como un pez globo. Hinchado para luego tan solo expirar a través de los dientes. Seguido por la deglución más incómoda, extrañamente grumosa y algo rasposa. Todo debido a que algo que comí anoche quiso escapar del cataclismo, del fin del mundo aconteciendo dentro de mi pequeño estómago.
