Lee el prólogo para conocer un poco la temática.
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Traducción hecha por mí y autorizada por la autora original, @Lalamylisa. Todos los créditos de la creación son para ella.
⚠️La obra toca varios temas deli...
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9:15 pm, Busan
Así que aparentemente mi prima es popular. Muy popular. Es de esa clase de popular que tiene al menos cien personas desbordando de un pequeño apartamento.
He ido a bastantes fiestas pero ninguna ha estado tan ocupada por gente de mi propia edad. Mi usual compañía de dos viejos de edad madura y sus ardientes esposas veinteañeras - quiénes pretendo y exitosamente follo al final de la noche - ahora son reemplazados por torpes e inmaduros adolescentes, quiénes han dominado por completo el arte de cómo no coquetear. Dividiendo el sitio entre dos categorías - los altamente excitados y los increíblemente incómodos.
La fiesta más o menos ha comenzado pero hasta ahora he sido testigo de una persona siendo abofeteada y otros dos fajando en un sofá.
Por lo que veo han tomado un descanso de - oh no. Hablé muy pronto. Están de vuelta... en el sofá contrario, donde Jennie y yo estamos sentadas, succionándose los rostros.
¿Comiéndose los rostros?
¿Mutilándose los rostros mutuamente?
Eh, de cualquier manera, así no es cómo se besa.
Le doy un trago a mi bebida.
Hemos estado así durante toda una hora, sentadas en silencio y mirando el caos desarrollarse rápidamente alrededor de nosotras.
Ni siquiera sé cuando se fueron Rosé y Jisoo pero ahora están bien ocultas por la masa.
Tengo una corazonada de que la cabeza de Jisoo está en lo profundo de uno o dos (lo sé) de sus refrigeradores, mientras que Rosé está convenciendo a otros de escuchar la nueva canción que aprendió en la guitarra. Eso es lo que nos estaba haciendo a nosotras antes de que llegara un público fresco y más entusiasmado.
"Ya veo el porqué prefieres quedarte encerrada en las noches." Digo mientras la pareja de enfrente acelera su ritmo.
"Sí..." Jennie se encoge con vergüenza mirándolos también.
Lo sé, deberíamos mirar hacia otro lado pero... es jodidamente difícil hacerlo.
"Debería irme a casa..."
Inmediatamente siento que mi cuerpo se pone rígido.
"¿Qué? No." En mi mente, me doy un golpe en la cara cuando las palabras salen más desesperadas de lo que me hubiese gustado.
