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Colgué a mi padre en cuanto me deseó un buen día. Me miré al espejo susurrando la canción que sonaba por los altavoces de mi móvil, ese bastante roto de las veces que se me había caído. Había conseguido recoger mi cabello de tal forma que sólo quedaba fuera mis mechas azules de la nuca y un par de mechones cayendo por mi frente.

Me coloqué los pantalones de cuero negros y me puse la camiseta blanca oversize. Salí del baño moviendo la cabeza al ritmo de la canción, no llegué a abrir la nevera cuando llamaron a la puerta. Abrí encontrándome a Nury y Taehyung. El último pasó como si nada, algo que llevaba haciendo desde que lo conocí. Nury hizo una pequeña reverencia antes de adentrarse en mi pequeño hogar.

—¿Qué haces aquí? Me quedan cinco minutos—dije viendo el reloj.

—Me aburría y Jungkook no me abre su puerta—respondió el peliazul abriendo mi nevera y bebiendo de mi zumo de piña.

—Eso es mío —dije dando a la botella para que se le cayera un poco—Y eso lo friegas.

Me di la vuelta yendo a mi habitación con una sonrisa al escuchar sus quejas. Nury me siguió. Se quedó en la puerta observando mi ordenada habitación. La cama estaba hecha, la terraza abierta y todo en su sitio. Agarré la mochila y el cuaderno de Jungkook, ese era el último que me tenía que prestar, pero tenía muchísimas dudas.

—¿Eso es de mi hermano?

—Sí, me está ayudando a ponerme al día —dije moviendo el cuaderno mientras salíamos de mi habitación.

También me está ayudando a masturbarme todos los puñeteros días.

—Por cierto, tu libro está muy bien.

Sí, tan bueno como la imagen de tu hermano sin camiseta con esos aros o como él agitado. En fin.

—¿Ya lo empezaste?

—Ayer me quedé con la intriga de por qué tenía tantas páginas marcadas.

Salí con Nury detrás. Nada más cerrar mi puerta salieron de la de enfrente Taehyung y Jungkook, este último serio como siempre. Me dio un vistazo reparando en su hermano tras de mí, luego se fijó en mi puerta y negó con la cabeza comenzando su andar. Los pantalones azules holgados que llevaban llamaban la atención, pero de alguna forma las miradas nunca estaban en él. Había conseguido desviar las miradas al resto y pasar desapercibido a pesar de su buen aspecto y misteriosa presencia. Me parecía fascinante.

—¡No seas así! Ven hoy.

—No puedo, y tú tampoco Taehyung.

Su voz, era ligera pero de alguna forma varonil. Llamó al ascensor echando su cabellera hacia atrás, ¿Había dicho lo atractivo que estaba de perfil? Tenía un problema muy grande, fantasear con Jungkook era extremadamente negativo. No sólo era el mejor amigo de Taehyung, persona que quiere algo conmigo, sino que también era hermano de Nury, popular y guapo chico que parecía querer ser más cercano a mí; ¿Lo peor? La mala fama de Jungkook. Lo tenían como un marginado social y así vivía, seguramente Noah, la Reina del: "qué dirán" no me dejará acercarme más de lo que ya estoy.

El ascensor fue incómodo. Taehyung me guiñaba el ojo mientras que Nury y Jungkook se miraran de forma amenazante.

—Entonces vienes a lo de hoy—dijo Taehyung relajando el paso al ver que su compañero iba directo a la salida.

Giramos para ir a la cafetería y asentí viendo la figura del castaño alejarse. Taehyung me dio un golpe en el hombro al ver que Nury iba directo a la mesa saludando a Alice. Parecían cercanos, se abrazaban con frecuencia y siempre que miraba estaban hablando.

Giants - JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora