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Jungkook se asomó serio con una mochila. Iba de negro, una camisa remangada, unos vaqueros rotos y unas botas todo del mismo oscuro color.

—¿Estás?

—¿Dónde vamos?

—Arriba.

Entré rápidamente a mi habitación y me puse encima una sudadera negra. Llevaba unos pantalones del chándal negros que usaba para andar por casa. Agarré mi celular y me até las zapatillas negras con toques blancos. Salí metiendo las llaves en el bolsillo. Jungkook parecía ser un espía, se aseguraba de que nadie nos viera mientras nos dirigíamos a las escaleras. Subimos en silencio dos pisos; pensaba que sólo había tres. Al llegar arriba vi una enorme azotea. Creí haber visto como abría ese lugar con una llave, ¿De dónde la habría sacado?

El cielo estaba estrellado, no había casi nubes y el silencio de las calles daba un toque relajante. Jungkook caminó tranquilamente como si la posibilidad de caerse fuera descartada por completo. Se sentó mirando hacia fuera, no hacia los jardincitos o la piscina de la residencia, sino hacia la calle. Llevaba una mochila en la espalda la cual se quitó y abrió. Me senté a su lado en silencio mirando a la luna sobre nosotros. Él en cambio sacó velas, una fotografía y la maqueta de la moto que tenía como fondo de pantalla. No pregunté nada, sólo observé como encendía las dos velas y las puso a cada lado de la fotografía, una en la que aparecían sus padres junto a él.

—Es el aniversario de la muerte de mis padres.

Oh, mierda. Tragué en seco, no me esperaba eso para nada. Puso la maqueta a un lateral de la foto y sonrió con cierta nostalgia.

—Murieron en un accidente de moto hace dos años.

—Yo...lo...

—No hace falta que digas nada, sólo no quería estar solo.

Asentí mirando la foto con una sonrisa.

—Eran muy guapos.

—Lo eran—dijo con una sonrisa—También muy agradables.

Se tumbó mirando al cielo. Hice lo mismo, hacía algo de fresco allá arriba. En mi salón había tanta gente que hasta se me caían los chorretones de sudor.

—Pablo me deja subir en sus cumpleaños y en su aniversario de muerte.

Pablo, sabía que era un buen tipo. No sólo escucha mis dramas, parece que también los de Jungkook...¿No le habrá contado cosas mías? Más vale que no.

—No hace falta que me digas nada, lo sabes, ¿Verdad?

Escuché una pequeña risa de su parte. Se volvió a levantar y agarró su mochila sacando dos botellas de soju, me ofreció una sonriente. No me gustaba la idea de beber en una azotea de la cual podía matarme; pero la acepté. Tampoco creía acabar tambaleándome tras una botella de ese tamaño.

—Nury...

—Él prefiere fingir que no ocurrió —dijo antes de darle un largo trago, hizo una mueca antes de beber de nuevo—Seguramente esté haciendo de todo menos pensar en ellos.

Exactamente eso me dijo. Fingía  que no había ocurrido, yo no sabría hacer eso. Mi padre era alguien importante aunque nunca estaba, no podría hacer como si estuviera vivo cuando en verdad no lo estaba; eso no era superarlo y aceptarlo, Nury huía de la realidad.

—Os lleváis mal por...

Di un pequeño trago mirando de reojo al menor de los Jeon. Estaba concentrado en las velas y en la foto, movía la botella lentamente.

—Son muchas cosas—se llevó la botella a los labios—regúntale a tu noviecito mejor.

—¡Ey! No es mi...

Giants - JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora