¿Regalito de fin de año?

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Jungkook no estaba en casa, Adler tampoco, y eso solo podía significar una sola cosa. Subí las escaleras con un bol de palomitas casi desbordado y llamé a la puerta de mi hija. Abrió lentamente quitándose los auriculares. Aunque decían que se parecía a mí, yo veía a Jungkook en su mirada y en su sonrisa.

Ari miró mis palomitas antes de preguntarme qué tocaba hoy. No respondí a su pregunta, solo me di la vuelta y bajé las escaleras advirtiéndola de que no tardara mucho.

Rara vez estábamos solas, así que cuando eso pasaba acabábamos en el salón viendo una película y hablando de cualquier cosa. La última vez fue hace un par de meses. Arian me confesó estar viéndose con alguien. Fue un alivio, después de lo que paso con Adler y Max no tenía muchas esperanzas. Me recordó un poco a mí cuando me contó que el chico la odiaba pero igual caminaba con ella de vuelta a casa. Jungkook era un poco así, odiaba mi presencia pero no tenía razones para echarme.

—¿Alguna novedad?—pregunté agarrando el mando de la televisión. Arian dejó el móvil en un lado y subió los pies al sofá.

—¿Y tú?

Me señalé algo confusa.

—Venga, cuéntame algo de tí y papá.

—¿Algo como qué? No es muy diferente a lo que veis en casa. Me molesta, le molesto, me besa y se va recordándome que tenemos que ir al gimnasio.

—¿Y cuando no estamos? Hace unos días os fuisteis dos días por ahí.

Mal camino estaba tomando eso. Suspiré mirando la pantalla, amaba esa película y me la iba a perder por ponerme a contar historietas. Mastiqué las palomitas lentamente.

—Fuismos a una casa en la montaña.

—¿En la montaña?

No, en realidad fuimos a la ciudad a ver unas carreras. Aunque ya estuviera mayor para correr, seguía amando el olor del asfalto caliente y la adrenalina al cruzar la meta. Así que, aunque no participara, sí iba a verlas. Conocía a uno de los ganadores habituales. Le hizo una visita en el garaje y hablaron de motos durante horas. Yo simplemente me senté y esperé sin quitar la vista de sus ojos llenos de brillo. Jungkook sólo ponía esa mirada cuando hablaba de tres cosas: su familia, la fotografía y las carreras.

—Mamá, ¿te han dicho que mientes fatal?

—No, y no serás la primera.

—¡Mamá!—me empujó casi tirando las palomitas—¡Venga, yo te conté del chico! Ahora dime qué hicieron en el viaje y-

—Follar.

Se quedó muda. Sus ojos se quedaron fijos en los míos, parecía haberse quedado como una piedra. No se movía en absoluto.

—Fuimos a la ciudad a la zona donde nos conocimos, alquilamos un apartamento por ahí y no dormimos absolutamente nada. Puedo asegurarte que no tendrás un hermano, si te lo estabas preguntando.

—¡Pero no me lo sueltes así, mamá!

—¡Pero si preguntaste tú!

—¡No me eches la culpa a mí!

Y en esos momentos eran en los que me daba cuenta de lo parecidas que éramos. Me señaló horrorizada gritándome que ahora al ver a su padre se imaginaría cosas que no debía.

—Come palomitas entonces, y háblame de tí.

Agarró un buen puñado de palomitas y miró hacia la pantalla aún negando con la cabeza, la prueba de su decepción. Me señaló antes de advertirme que no quería preguntas incómodas. Tuve que aceptar, después de todo era un logro que me estuviera contando eso.

Giants - JungkookWhere stories live. Discover now