Giants - Jungkook

28

Di un sorbo a mi vaso sin quitar la mirada de mi hermano. Llevábamos horas en aquel local alquilado para fiestas. Era el cumpleaños de Avery, y eso conllevaba una fiesta sorpresa. No era muy partidario de esas cosas, pero sabía que a esa morena le encantaría.

—Sigo pensando que deberías estar con ella ahora—comentó mi hermano colocando los altavoces.

—Amanecí con ella e hice tortitas.

Dejé el vaso sobre la blanca mesa antes de volver a la escalera; los focos no se conectarían solos. Era su pareja, lo tenía bastante asumido, y ser su novio no implicaba ser una lapa.

—Alice y ella están de compras. No pensaba hacer de percha, como comprenderás.

Mi hermano amplió su sonrisa.

El local no era excesivamente grande. Primero pensábamos proyectar en una de las paredes una película. Habíamos colocado hasta el proyector en el ángulo indicado. Harper y Justin habían ido a por comida basura mientras Ling, Cameron y Liv en busca de bebidas. El plan era hacerle una fiesta relativamente íntima, no queríamos a toda la universidad allí. Pablo se pasaría, o eso nos dijo. Para después de la película teníamos juegos y una lista de música para bailar o marcarse un karaoke. Quería que se la pasara bien.

—¿A qué hora vienen?

Bufé bajando las escaleras. Eché mi cabellera hacia atrás mirando cómo estaba quedando todo.

—A las cuatro, creo recordar.

—Está quedando bien—admitió colocándose a mi lado.

Pasó su brazo por mis hombros y se disculpó, como hacía cada vez que estábamos solos, por todo lo que me hizo. Me seguía doliendo, pero estábamos en buenos términos y de alguna forma me recordaba al Nury de antes del accidente.

—Se nota que eres perfecto para ella.

—Ella es perfecta para mí, no es lo mismo.

Estaba convencido de eso. Era perfecta para mí, su persona me hacía sentir desde la euforia máxima a la depresión absoluta tan solo con dos palabras. Había llegado a un punto en el que no podía dormir solo, cuando salía fuera con Alice o con el resto, me costaba horas conseguir conciliar el sueño. A veces tenía que recurrir al As bajo la manga y beber como un degenerado hasta quedarme completamente sopa. Otra opción era hacer ejercicio, sólo que eso me activaba más que dormirme.

—En unas semanas...

—En tres, lo sé.

El cumple de nuestra madre era en tres semanas, y dos semanas después el de nuestro padre. Habíamos pensado ver la película favorita de nuestra madre y hacer la comida favorita de nuestro padre; todo el mismo día. No queríamos estar tres días del año casi de luto, nos valía con dos.

—Terminemos esto, quiero tumbarme un rato antes de aguantar a Harper.

—En el fondo lo amas.

No lo negaría, su constante insistencia me recordaba a un odioso peliazul el cual seguía siendo buscado por la policía. Cuando me encontré completamente solo, no tardé en abrirme del todo con Avery; y no me refiero a verbalmente. Mi mente y mis metas se vieron afectados por su existencia de una forma colosal. Mis emociones pasaron a ser dependientes de los suyos y mi objetivo en la vida, que anteriormente era ser mejor que mi hermano, pasó a orientarse hacia la morena. Por eso, cuando quise darme cuenta, había olvidado por completo a Taehyung. No tuve que llorarle mucho, fue un gran amigo hasta todas las putas que realizó. Harper simplemente apareció con esa alegría que me recordaba a Avery y esa insistencia que necesitaba para que me sacaran de mi zona de confort. Harper era exactamente lo que necesitaba para despejar mi mente y sentirme de alguna manera acompañado. Avery era todo lo que necesitaba, no iba a mentir a nadie. Pero tener a Harper para comentar aspectos de Avery que me jodían o me fascinanan era justo lo que necesitaba. Porque era fácil pensar que tu chica es ideal, pero lo que yo quería era mostrar a los de nuestro alrededor que era una joya para que no la desperdiciaran como hizo Noah. Quería lo mejor para ella, sacar esa sonrisa todos los días. Incluso mi hermano fue de gran ayuda, saber que tienes un apoyo incondicional debido a los recuerdos pasados me hacían algo más aventurero; podía perderme completamente en Avery porque si algo iba mal tenía dónde volver para que me dieran una bofetada por estúpido.