Giants - Jungkook

27

(penúltimo)

—Es que no lo entiendo, Alice.

Mi amiga me abrazó en el sofá. Seguí llorando sobre su pecho. Hacía una hora había vuelto a intentar hablar con Jungkook pero de nuevo destacó que no quería visitas además de su abogado. Nury se había estado quedando en casa, debería estar harto de mis llantos en las noches.  No quise joderles el viaje al resto, así que todos se fueron menos Harper, Alice y Nury que prefirieron quedarse a tratar de entender qué ocurría.

—Tranquila...todo se solucionará...

—Llevas diciendo eso dos semanas...—murmuré abrazando con más fuerza a mi amiga.

Por unos segundos pensé que podría haber sido Nury, tal vez seguía manteniendo rencor a Jungkook y lo había acusado de las carreras y encasquetado su época de drogas a su hermano. Pero cuando lo veía traerme la comida a la cama tratando de que no me descuidara y dejara de comer me negaba a pensar algo así de él. Cierto era que su pasado no estaba limpio, pero ahora Nury era otra persona nueva.

—Iré yo, tal vez...

Nury dejó en la mesa un par de tazas azules, unas que compré con Jungkook. Mis ojos seguían acuosos.

—Deberías dormir—susurró Alice acariciando mi cabellera.

—La cama huele a él.

¿Por qué no me dejas estar contigo, Jungkook? Dijimos que éramos los dos contra las adversidades...¿Por qué nunca confías en mí? Evitas siempre que me entrometa en tus asuntos, ¿por qué eres así?

No era la primera vez que me excluía de sus problemas, él sabe que lo apoyaría en cualquier circunstancia...tal vez no me quería a su lado ahora.

JUNGKOOK'S POV

Maldije al escuchar a Nury tratando de hacerme una visita. Avery y él venían constantemente, pero la respuesta no cambiaba. Quería alejarlos del asunto, la venta y compra de drogas podía acabar en años de prisión y no quería ver a mi bella Avery en esa situación por tener que ver conmigo. Mi hermano acababa de salir de una mala época, no quería añadir la cárcel a su desastrosa vida.

La policía que no me dejaba respirar sonreía mirando hacia la dirección en la que la voz de mi hermano sonaba. Se había sentado contra los barrotes.

—¿Tu hermano? Ni siquiera a él, ¿Qué ocultas niño?

Sonreí poniendo mis brazos tras mi cabeza.

—Poco tengo de niño.

—Discrepo. ¿Por qué los mantienes al margen? Tienen que ver con el asunto, ¿Cierto?

—Me apetece un cigarro—solté girando mi cuerpo dando la espalda a la chica.

—¿Fumas María?

¿Qué clase de pregunta es esa?

—¿Tú sí?

La chica rió antes de quedarse en silencio.

—Quiero ayudarte.

—¿Tú técnica es hacerte mi amiga? Porque odio socializar.

Volvió a reír, su risa era algo irritante, demasiado estruendosa. Si su técnica no era esa, tenía el cerebro de un guisante.

—Avery...esa chica me interesa.

—Qué bien—respondí.

No quería que se acercara a ella, y la manera era alejándome de su linda sonrisa aunque me doliera. Esperaba que ella no lo estuviera pasando muy mal...aunque conociéndola estaría llorando día y noche. De sólo imaginármela llorando en nuestra cama me dio un pinchazo en el pecho. Incluso noté algunas lágrimas deslizarse por mi rostro, las limpié rápidamente.