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Observaba como Jungkook barría los pasillos, me era raro y más con la ropa de trabajo. El verde oscuro le sentaba algo extraño, sin duda no era su color. Pareció que me escuchó porque se dio la vuelta con una mirada asesina. Era su primer día allí, había conseguido que viniera después de ver el apartamento y no parecía muy feliz; pero fue él quién pidió estar conmigo en el trabajo. Dejó la escoba en un lado para sacar la fregona.

—Buenas tardes, niña.

Esa ancianita era un amor, la sonreí antes de seguir revisando las cajas que había recibido la chica del turno anterior.

—¿Y ese joven tan apuesto?—susurró dejando unas verduras en la mesa.

—Es mi novio, es su primer día—metí todo en una bolsa.

—Oh, así que este es el famoso novio. ¿Cómo se llama?

—Jeon Jungkook.

La mujer asintió observando como este fregaba el segundo pasillo.

—Muy guapo, sí. ¿Cuánto es?

—Nueve diez.

Le devolví las vueltas y observé cómo se acercaba a mi pareja. Le dio un golpecito en el hombro antes de irse sonriente. Jungkook me miró con una mueca y una mirada de: ¿Qué acaba de pasar? Fascinante. Seguí con las cajas escuchando sus comentarios por la música o de clase hasta que entró otro cliente que conocía.

—Buenas tardes, Alcott.

—Oh, Buenas Hudson.

El chico sonrió ampliamente hasta que se encontró la mirada de Jungkook. Se quedaron observándose un largo tiempo. Liam posó la vista en la nevera mientras que Jungkook siguió con la fregona. No le tomé importancia. Agarré la caja repleta de cartones de leche, pesaba muchísimo. Hice dos intentos para llevarlas a la despensa, pero me parecía imposible. Levanté la vista cuando vi unos pies frente a mí, era Hudson.

—Te ayudo.

—Oh, gracias—murmuré algo avergonzada.

Agarró la caja con una sonrisa y me preguntó dónde tenía que dejarla.

—Ey.

Jungkook se apoyó en el mostrador completamente serio. Señaló la caja.

—Déjala en el suelo, llevarla es mi trabajo.

Liam ignoró al castaño y volvió a preguntarme dónde debería llevarla. Veía la vena de Jungkook marcarse en su cuello, se estaba conteniendo. Dio unos golpecitos en la encimera antes de volver a hablar.

—Hunmon o cómo te llames—señaló la caja—Deja la caja y compra las putas cervezas en silencio.

—Jungkook—susurré en un tono de advertencia.

Esos dos se estaban matando con la mirada y no lograba entender por qué. Agarré la caja que trataba de llavarme Liam, el problema que estaba teniendo era levantarlo, ya arriba era más fácil de llevar.

—Testosterona—declaré antes de irme de la zona para adentrarme en la despensa.

El mal humor de Jungkook era preocupante, acababa siempre de esa forma. Salí encontrándome a Liam guardando las latas que Jungkook había cobrado. Al verme Jungkook salió de la parte de la caja registradora y volvió a continuar fregando los pasillos.

—Tienes un compañero muy malhumorado—murmuró Hudson con una sonrisa.

Asentí con una pequeña sonrisa, realmente era un malhumorado.

—¿Qué tal fue tu día?

Me apoyé en la encimera sonriente.

—Tuve un examen y vi el piso al que me voy a mudar.

Giants - JungkookWhere stories live. Discover now