Narumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—No habla mucho... se ve rara.
—Se ve incómoda... pobrecita.
—¿Por qué Mitsuya-kun vino con ella? ¿Será por pena?
Narumi escuchaba como las personas de la fiesta hablaban de ella. Subía por una escalera dificultosamente debido al alcohol en su sangre, afirmándose de las paredes y tratando de controlar sus mareos aunque fuera imposible.
No sabía donde estaba Mitsuya, seguramente con sus amigos.
Abrió una puerta de la casa que afortunadamente era del baño y entró poniéndole seguro a la puerta. Se miró en el espejo y trató de arreglar su cabello que era un desastre, se lavó el rostro y empezó a llorar descontroladamente. Se quería ir.
No le gustaba el ambiente para nada, por alguna razón estaba borracha y estaba sola, perdida.
Salió del baño y chocó con un extraño que estaba justo en la entrada.
—Oh, disculpa. —dijo el chico al instante. —¿Estás bien? —preguntó con una preocupación falsa notando sus lágrimas.
Todo pasaba tan rápido para Narumi y no entendía nada, no entendía quien era, que estaba pasando. No entendía por qué en unos momentos el chico la había llevado a una habitación y en solo un pestañear de ojos él estaba encima de ella, mientras la aprisionaba de las muñecas y esta lloraba descontroladamente.
Se empezó a desesperar y no podía respirar bien, tal vez por la situación, o por la mano del chico en su cuello. Se movía debajo de él descontroladamente, suplicando que la dejara ir.
¿Por qué? ¿Por qué le pasaban esas cosas a ella? ¿A ella que solo aceptó ir a una fiesta con su nuevo amigo? ¿Dónde estaba Mitsuya? ¿Por qué no estaba con ella? ¿Por qué dejó que eso pasara?
Narumi se incorporó en su cama, sudando frío y llorando, con la respiración errática y su corazón bombeando sangre mucho más rápido de lo normal. Se llevó una mano al pecho y miró a Yumi que la miraba alerta por la forma en la que la había despertado.
Se volvió a recostar mientras calmaba su respiración y miraba el techo.
≪ Dios, qué clase de pesadilla fue esa. ≫
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
