Narumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...
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Tres días antes
—Mamá... tengo algo que decirte. —el chico puso su taza de café en la mesa junto con unas tostadas, sentándose al frente de su madre en la mesa.
—¿Sí? —la mujer lo miró mientras tomaba el líquido de su taza y apagaba su celular para prestarle atención.
—¿Recuerdas la chica con la que he estado... saliendo? Con la que fui a la playa. —dijo un poco nervioso.
—Sí, Narumi ¿No? —sonrió amablemente.
—Sí... bueno, resulta que ahora es mi novia. —dijo mirando hacia abajo tomando de su café sin querer enfrentar la mirada de su madre.
La mujer sonrió y no pudo aguantarse una pequeña risa. —¿No que era solo tu amiga?
El chico carraspeó un poco para aclarar su voz. —Sí... pero bueno. Cosas que pasan, mamá.
—Está bien. —comió de su tostada. —Quiero conocerla.
Mitsuya asintió con su cabeza, esta vez mirándola. —Claro. Les caerá muy bien.
—Lo creo. —sonrió. —Podría venir a almorzar el sábado. ¿No?
—Le preguntaré si está libre.
—¡Shh! —se escuchó un sonido proveniente del pasillo, seguido de un golpe ligero en la pared.
El de pelo violeta dejó de masticar y se quedó quieto mirando a su madre.
La mayor blanqueó los ojos con una ligera risa. —¡Luna! ¡Mana! ¡No deben espiar conversaciones ajenas!
Ambas niñas salieron, con sus pijamas y sus rostros de recién despertadas, pero muy atentas a la conversación.
—¿Cómo que tienes novia? —preguntó Luna con emoción.
—¡Quiero conocerla! ¡Quiero verla! —gritó la menor.
El mayor soltó una risa. —La van a conocer, ¿No escucharon?
—¿Es linda? ¿Cómo es? ¿Es modelo? —preguntó Luna nuevamente, acercándose a él y sentándose a su lado.
—Hm... si es muy linda. Tiene el pelo castaño y ojos color miel, es muy amable y le gusta pintar, es muy buena en eso. Y no, no es modelo. —rio. —Aunque podría serlo si quisiera...
Su madre sonrió al escucharlo hablar así de ella. —¿Está estudiando? —preguntó con curiosidad.
—Sí, bellas artes.
—¡Qué genial! ¿Sabe dibujar? —preguntó Mana saltando al lado del chico.
—¡Sí! Dibuja muy bien, Mana. Es como una experta. —le respondió con la misma emoción.
—¿Dibuja mejor que tú? —preguntó Luna con una sonrisa emocionada.
—Mucho mejor, además yo solo dibujo diseños de atuendos, o formas del cuerpo. Pero ella sabe de todo.
