xxᴠɪɪ. ᴡᴀᴛᴇʀᴄᴏʟᴏʀ ᴇʏᴇꜱ

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Una puerta abriéndose, una voz de una chica, de la cual solo se escuchó "Oye, Mitsuya-kun

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Una puerta abriéndose, una voz de una chica, de la cual solo se escuchó "Oye, Mitsuya-kun..." antes que la voz se hiciera lejana.

Narumi tragó saliva y se sintió más despierta que nunca.

—¿Qué cosa? —insistió él ante la oración inconclusa de Narumi.

—¿Estás ocupado? —preguntó Narumi un poco molesta.

—No, no lo estoy, Nami.

Su boca se abría para decir algo más, pero no podía. Tal vez había escuchado mal, estaba equivocada, estaba alucinando. Pero a la vez no. Estaba segura de que había una chica ahí, tal vez la misma de antes, tal vez siempre estuvo ahí.

—¿Hola? —preguntó nuevamente con preocupación.

—Takashi, acabo de recordar de que mañana debo ir temprano a mis clases. —dijo sin demostrar nada.

Él se quedó en silencio un par de segundos, sus labios abiertos y la mano que sostenía su celular inquieta.

—Oh... está bien. ¿Hablamos mañana?

—Te avisaré. Buenas noches.

—Buenas noches, te amo.

Narumi respiró profundamente, con el pecho apretado y unas lágrimas cayendo por sus ojos. —Te amo. —dijo antes de cortar.

Su respiración estaba descontrolada, y se tuvo que poner de pie y salir a su balcón en busca del oxígeno. Se apoyó en la baranda de su balcón, sintiendo el aire frío que entraba a sus pulmones. Su rostro era iluminado por la luz de la luna, haciendo el camino de lágrimas más visible.

Su mano estaba en su pecho, queriendo calmarse pronto, evitando algún ataque de ansiedad. Observó la gran ciudad y la noche viva por las calles, el mundo seguía. El mundo seguía y avanzaba rápidamente, haciéndola sentir insignificante.

Una vez que su respiración se empezaba a calmar, volvió a entrar a su habitación. No sabía qué hacer. ¿A quién llamaba? ¿Podía llamar a alguien siquiera?

Se sentó en su cama y vio sus contactos. Observó el de su madre, o el de Yuzuha, o tal vez Hayami. Pero no le habló a ninguna. Aquel mundo que avanzaba sin importar qué, le recordó que sus problemas no eran significativos para los demás. No molestaría a nadie.

Se metió bajo las sábanas nuevamente, y su llanto descontrolado no cesó. Sabía que seguiría hasta quedarse dormida. ¿Qué más podía hacer? ¿Le hablaría a Mitsuya? ¿Para qué exactamente?

Estaba segura de que escuchó aquella voz, y lo que más le sorprendía era que el chico no dijo nada al respecto. Ni siquiera cuando ella demostró haber escuchado. ¿Por qué no le decía nada? No tenía ni un solo mensaje de él. ¿Acaso ocultaba algo? ¿Por qué haría eso? Su mente se llenaba de preguntas y solo podía sentir aquel dolor en su pecho.

the way you are - takashi mitsuyaWhere stories live. Discover now