Narumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...
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—Necesito otra oportunidad para hacerte feliz.
Narumi permanecía con la boca semiabierta, sin saber qué decir, mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
—Por favor. —suplicó él. —Narumi, lo siento mucho por haberme tardado... yo quería darte tu espacio, quería respetar tus decisiones y no molestarte más, pero... no puedo. No puedo estar así, y pensé que tal vez pasaría con el tiempo, pero siento que vivo en la misma miseria desde que decidiste terminar las cosas. Así que es una mierda... el tiempo no cambia nada, como todos dicen. —suspiró y trató de calmarse. —Extrañé tu voz... extraño tu risa, tu presencia... el escuchar de tu día y saber qué harías al día siguiente, extraño hablar de nuestros planes para el futuro, Narumi. No puedo verme a mí mismo en el futuro si no es a tu lado, y no puedo permitir que las cosas terminen así por mi culpa. Simplemente... no puedo.
Lo miró en lo profundo de sus ojos antes de bajar la mirada, tapándose el rostro con sus manos y llorando sin saber qué hacer.
—Takashi, no sé qué hacer. —volvió a mirarlo. —No sé... yo...
Volvió a haber un silencio.
—Narumi, no quiero que pienses que te digo esto solo porque sí. Yo no quiero nada más que hacerte feliz, y... lo siento. —suspiró. —Lo siento por mentirte, por no haber estado... y no pido que me perdones ahora. Sé que mis palabras no valen mucho, pero espero que me des la oportunidad de demostrártelo con acciones para hacer que confíes en mí de nuevo, y que... me perdones. Te amo, Narumi. No podía dejarte ir esta vez.
La castaña lo miró en lo profundo de sus ojos angustiados y cansados, como si no hubiera dejado de llorar en un largo tiempo. Tal vez no era buena idea pensar en la situación a la vez que lo tenía ahí en frente, ambos llorando y queriendo solo abrazarse para sentirse nuevamente.
—Takashi, de verdad... no sé qué hacer. No he sabido qué hacer con mi vida durante todo este tiempo y todo se siente tan... vacío. Te extraño y siempre lo hice, sigues siendo una parte de mi vida de la que no puedo simplemente pretender que no está ahí. Y aunque te vayas ahora, seguirá siendo así. —se limpiaba el rostro una y otra vez. —Por lo mismo no logro convencerme de que esto sea una buena idea. Yo... generé una dependencia. Y a pesar de que quiera con todas las fuerzas del mundo estar contigo, mi dependencia será algo que siempre... estará ahí. Necesito tiempo para... no lo sé...
—Yo te daré todo el tiempo que necesites. Si no quieres volver conmigo ahora mismo, lo entiendo perfectamente. Si no me quieres perdonar también lo entenderé. Solo necesito tener la certeza de que eventualmente estaremos bien con nosotros mismos y con el otro. Yo también me sentí dependiente... y entiendo que es algo malo, pero no diría que es algo fuera de lo común. Yo sé que es algo en lo que... podemos trabajar. Y yo estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario si significa que estaré contigo, y que me sentiré bien conmigo, y tú contigo. —se acercó y la tomó de ambas manos.
