Narumi Ishikawa es una joven en sus 20's que ha tenido una vida llena de altos y bajos que soportó por su cuenta, solo ella. Siempre fue mala para expresar muy bien como se sentía, y nunca se sintió a salvo con nadie para hacerlo. Las cosas empiezan...
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5:07 AM
—¿Y se lastimó mucho? —preguntó Narumi en un tono relajado, un poco soñoliento.
—Se lastimó el brazo y un poco del rostro. —dijo Mitsuya cerrando los ojos por un momento. —Pero nada que no haya pasado antes, así que no te preocupes. Estará bien. —sonrió calmado.
El cielo estaba dejando sus tonos oscuros, y el color azul opaco pero claro a la vez, daba la poca luminosidad al lugar. Sentados en el balcón, observaban el patio vacío, la piscina con solo algunos flotadores, vasos y botellas en todos lados, algunos vacíos y otros a la mitad.
El silencio abundaba y traía la calma y la paz consigo.
—Recuerdo haber visto a un chico que le rapaban la cabeza. —dijo la chica riéndose ligeramente.
Hablaban casi susurrando, no porque los fuesen a escuchar, sino que no había necesidad de hablar más fuerte entre los dos.
—Sí, yo también los vi. Espero que hayan limpiado eso. —el chico pensó en el desastre que debía haber en la casa en ese momento.
—Oye, puedo quedarme a ordenar hoy, creo que necesitarán refuerzos.
—No, no tienes por qué...
—No, en serio. No me molesta. Será divertido. —dijo, segura de sí, mientras se movía y acomodaba su cabeza entre el hombro y cuello del chico.
—Bueno... —asintió él. —Lo haremos divertido.
Se quedaron en silencio unos segundos, apreciando el momento, y pensando en el otro. Pensando en qué harían, cómo ocultarían sus sentimientos, cómo hacer para no arruinar nada ni hacer las cosas incómodas.
El chico sabía que le hacía peor, y él no creía poder ignorarlo, no creía poder aguantar el dolor de no poder expresarse o de pretender que todo está bien.
Analizó sus posibilidades.
Él quería seguir al lado de Narumi, si esta lo rechazaba, estaría bien eventualmente. Se conformaría con ser amigos, era suficiente, él estaría siempre para ella. Pero no sabía cómo actuaría ella en caso de que sus sentimientos no fueran correspondidos, sabía que no sería mala ni nada, pero no quería hacerla sentir incómoda. Sin embargo, pasaría de todos modos. No quería debilitar el vínculo que mantenían, no quería que fueran distantes, ni que ella se comportara distinto, no quería que nada cambiara si no era para mejor.
Pero tenía esperanza, notaba los gestos de ella y algo dentro de él le decía que había posibilidad de que fuese mutuo, solo un poco.
Debía hacer algo. Eventualmente, debía hacer algo al respecto.
—¿Cómo la pasaste? —preguntó ella, luego del largo silencio.
—Bien, estuvo caótico pero fue divertido. En especial los momentos en los que estuvimos juntos, Nami.
