𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐

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En cuanto dejamos a Max en su casa el resto del camino fue silencioso, no me atrevía a decir nada porque me avergonzaba de mí misma, muchos no entienden la relación que tengo con Billy pero yo sé que el en el fondo me quiere aunque no lo demuestre, solo que a veces es tan agresivo que no mide sus palabras ni sus actos; eso no es excusa y sé que no debería tolerarlo pero yo sé que el cambiará, estoy segura.

También sabía que de alguna manera u otra Steve iba a acabar enterandose porque se a ciencia cierta que no va a esperar a que haya una próxima vez para ir a romperle la cara a Billy. Realmente el que me preocupa es mi hermano, puede salir muy mal parado y no quiero que se meta en problemas por mi culpa, Steve es un chico tranquilo hasta que le hacen daño a alguien que quiere.

—¿Por qué no me lo habías dicho?—rompe el silencio sacando la llave del motor una vez que hemos llegado a casa—Alice, lo único que intento hacer es protegerte, eres mi hermana y eres lo más importante que tengo. Si pasa algo quiero que me lo cuentes—dice esta vez con un tono más suave haciéndome sonreír.

Es el mejor hermano del mundo, siempre ha estado ahí para mí y me ha apoyado en todo, le gustase o no; cuando le conté que estaba saliendo con Billy se puso como un loco porque el sí que lo conocía de verdad, ya habían tenido algunos problemas y no quería una persona así al lado de su hermana, pero él también tiene que entender que ya soy lo suficientemente mayorcita como para saber lo que hago, pero aunque me equivoque o haga las cosas bien Steve va a estar ahí.

—Sabes como es Billy cuando alguien no hace lo que él dice...pero no te preocupes, está todo bien; estoy comenzando a plantearme el dejarlo, pero yo sé que él me quiere Steve. De verdad que en el fondo...es bueno—digo sonriendo tratando de convencerle, aunque mas bien creo que lo digo por autoconvencerme.

El asiente no muy convencido y me atrae a sus brazos para envolverme en ellos creándome una sensación de seguridad, los brazos de mi hermano siempre han sido el refugio al cual acudir cada vez que me ocurría algo o simplemente necesitaba un abrazo, la mayoría de veces no necesitábamos palabras, solo bastaba una mirada para saber lo que necesitaba el otro.

Steve este fin de semana tenía turnos largos en la tienda de cine y supuestamente Nancy iba a ir a hacerle compañía, cosa que no me creo porque sé que estos dos pasan mucho tiempo juntos. Por una parte me gustaría que volvieran, Nance es una de las pocas chicas que ha hecho que mi hermano pierda la cabeza, en el buen sentido, claro; pero por otra ellos dos se han hecho mucho daño a lo largo del tiempo y no sé hasta qué punto eso es bueno.

Me apetecía estar sola, así que me dispongo a subir a mi habitación para ponerme a dibujar o a leer para mantener la cabeza ocupada. Es cierto que por la mente me ronda la idea de cortar con Billy definitivamente y centrarme en mí misma; desde que estamos juntos he desmejorado muchísimo, ya a penas estoy feliz, he pasado de brillar a apagarme por completo y no sabía salir de ahí, quiero tanto a Billy que hasta duele y una mínima parte de mi cree que se comporta así conmigo porque él me quiere de la misma manera.

(...)

Abro mis ojos por el fuerte sonido de los golpes chocando contra la puerta de la casa, me había quedado dormida sin haberme dado cuenta, Steve seguro que ya se habrá ido. Ante la insistencia de la persona bajo a paso rápido las escaleras tratando de espabilarme por el camino.

—¡Ya va!—grito molesta bajando el último escalón dirgiendome a la puerta tomando el pomo en mis manos para abrirla—Billy...¿Que haces aquí?—pregunto algo sorprendida al ver a mi novio en la puerta.

—Hola amor, vine a visitarte ¿No puedo?—sonrie apoyando su brazo en el marco de la puerta tirando la colilla del cigarrillo a un lado—Estas muy linda hoy nena—añade acercándose a mi dejando un beso en mis labios.

Me quedo estática en mi sitio sorprendida por la situación, jamás me había dicho cosas bonitas y tampoco me había besado de manera imprevista; solo lo hacía cuando se drogaba así que supongo que ahora no será distinto. Cierro la puerta cuando entra y me giro hacia el que tiene su vista puesta en mi, efectivamente tengo razon, había vuelto a consumir; sus pupilas estan dilatadas y su mandíbula ligeramente tensada, había vuelto a esnifar cocaína.

—Gracias...—rasco mi nuca algo nerviosa sin moverme de mi sitio bajando la mirada, no sé cómo actuar—Esto...¿Vemos una película?

—Nena, antes de eso quiero pedirte perdón por cómo me he comportado estos días contigo, sé que no he sido un buen novio pero te prometo que te lo compensaré...sabes que te amo muchisimo—dice suavemente acercándose a mí con una sonrisa tomando mi cara entre sus manos—Lo siento de verdad, se acabaron las peleas y los celos.

Una pequeña chispita de felicidad aparece en mi interior al escuchar sus palabras, hacía mucho que no me decía algo así y juro que me quiero desmayar de la felicidad; creo que después de tantos meses de problemas en la relación vamos a estar bien, de verdad que quiero que sea así, no puedo dejar a Billy.

Yo simplemente asiento levemente con una pequeña sonrisa para después dejar que me bese, este es del Billy del que yo me enamore totalmente.

(...)

El fin de semana había pasado y tocaba volver a clase, mi estado de ánimo había aumentado considerablemente, incluso me había animado a maquillarme un poco para ir a clase, me veía mucho más linda. Como todas las mañanas Billy paso a por mí pero no hablo nada durante el camino, de hecho cuando fui a besarle se apartó.

—Nos vemos después, amor—sonrio volviendo a hacer el intento de darle un beso pero repite el mismo gesto haciéndome suspirar.

—No me llames así y bájate ya del coche, tengo cosas que hacer—habla con un tono frío sin mirarme dejándome aún más confundida—¿¡Que no escuchas?! ¡Bajate!—alza la voz haciéndome dar un salto en mi sitio y abro la puerta rápidamente.

Bajo del coche e inmediatamente arranca para irse de ahí lo más rápido posible; por unos segundos me quedo mirando como su coche se aleja. No sé qué he hecho mal esta vez para que vuelva a comportarse así, hemos pasado un fin de semana medianamente bueno, hemos estado casi todo el tiempo juntos pero no entiendo porque vuelve a actuar de este modo.

Suspiro levemente y me dispongo a entrar al instituto, estoy cansada de estar viviendo con incertidumbre, no sé si va a actuar bien conmigo o no.

El día ha pasado más rápido de lo que yo creía, tanto que ya ha llegado la hora de la comida pero no tengo hambre, tal vez estoy demasiado gorda y por eso Billy no me presta tanta atencion. Camino por los pasillos para dejar algunos libros en mi taquilla pero por el camino me encuentro con Dustin y Mike.

—¡Alice!—saluda alegremente Dustin—¿Que tal todo? Vamos a jugar Dragones y Mazmorras después de clases. ¿Por qué no te quedas?—me propone con una sonrisa.

Durante unos segundos me quedo algo pensativa, sé que Billy vendría a por mí aunque no lo quisiera pero él siempre se sale con la suya, creo que es hora de que yo haga lo que me dé la gana y en el fondo me apetece.

—Perfecto pequeño sin dientes. ¿El club estaba ubicado en la sala de teatro, cierto?—el asiente con una sonrisa—Bien, pues después de clases nos vemos allí chicos—les sonrio a ambos para después despedirme de ellos.

Tras guardar los libros de las materias que ya había tenido esta mañana, cierro el casillero y me dispongo a ir al lugar donde me gusta estar a estas horas, debajo de las gradas fumando algo de marihuana, necesito no pensar durante un rato.

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𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Where stories live. Discover now