𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

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Durante el camino de vuelta a casa mi cabeza daba mil vueltas, no quería estropear el día y siento que ha sido mi culpa pero no podía mantener a Jonathan engañado y mucho menos ver cómo Nancy actúa tan normal con el.

Cuando llegamos a mi casa los chicos bajan del coche y bajo del mismo soltando un suspiro, Robin se fue con Steve para tranquilizarlo mientras que por otro lado Nancy y Jonathan se quedaron para hablar las cosas.

—¿Jugamos a Dragones y Mazmorras?—pregunta Will entusiasmado mirando a los chicos—Tambien echo de menos jugar contigo—me mira con una sonrisa.

—Vamos, quiero darte una paliza—bromea Dustin sonriendo

—Me uniré después, ahora estoy un poco cansada, podéis jugar con Eddie. ¿Verdad que sí?—sonrio mirando a Eddie quién está mordiendo sus uñas.

—¿Que? Oh sí, claro, perdón—rie levemente al darse cuenta que todos lo estaban mirando.

Mientras ellos comienzan a preparar las cosas para el juego Max, Jane y yo optamos por sentarnos en la alfombra del salón para charlar durante un rato; antes solíamos juntarnos las tres para hacer noches de chicas y honestamente extraño eso, de vez en cuando Robin y yo hacíamos lo mismo con Steve, era gracioso verlo con una mascarilla puesta en la cara.

No es una novedad que Jane pregunte por Billy y mi relación con el, aunque no me haga mucha gracia hablar de él le cuento todo lo que ha pasado en este tiempo; ella se sorprende bastante porque haya aguantado tanto pero eso ya es pasado, ahora tengo un presente muy bueno y espero que un futuro mejor.

Jane y Will se quedarán hasta después del baile de primavera, a pesar de que ellos ya no estén en Hawkins cualquier persona puede venir al baile y nos hace especial ilusión poder reunirnos todos una noche tan especial como esa; de hecho Max está muy emocionada porque Lucas la invitó a ir con él, al parecer todos tendremos pareja excepto Will y Dustin pero ellos seguro que irán como pareja también.

—¡Amor, ven aquí te necesito!—escucho la voz de Eddie e inconscientemente sonrio por cómo me ha llamado.

Asiento riéndome levantándome de mi sitio y me acerco a él, toma mis caderas sentándome en su regazo y rodea mi cintura con una de sus manos.

—Sopla aquí, necesito suerte y tú me la das siempre—sonrie entusiasmado acercándome su mano que contiene el dado.

Me resulta muy tierno ver a Eddie jugar con este entusiasmo, es como un niño pequeño; soplo su mano un par de veces y rodeo su cuello con uno de mis brazos mirando la tirada.

—¡Diecisiete, muy bien!—exclamo sonriente escuchando las quejas de los demás—Disfruta, sabes que si me uno puedo aplastarte—añado con diversión recibiendo una risa de su parte.

Voy a levantarme para regresar a mi sitio con las chicas pero Eddie me lo impide afianzando más su agarre.

—No te vayas, me has traído suerte, estamos por acabar y quiero ganar—pone un pequeño puchero al que no me puedo resistir.

Finalmente me quedo sentada sobre su regazo observando la partida y para que mentirnos, su expresión de concentración también; se ve realmente guapo concentrado en el juego, de vez en cuando saca su lengua haciéndome reír.

Aproximadamente una hora después los chicos finalizan la partida con victoria para ellos, Will ha sacado un golpe crítico en una de las últimas tiradas; Eddie se ha sorprendido bastante pero en el fondo está feliz de haber hecho tan buena partida.

Tras despedirnos de los chicos Eddie y yo nos quedamos solos ya que Steve y Robin aún no han llegado pero sabiendo que mi amiga está con el me quedo mucho más tranquila.

—Al fin un poco de tranquilidad—suspira Eddie abrazándome por la espalda recargando su mejilla sobre la mia—Tenia ganas de tenerte un rato para mí

—No seas quejica, me tienes prácticamente todo el tiempo Eddie—rio levemente acariciando sus brazos y me giro para poder mirarle.

—Ya, pero no me gusta compartirte—hincha sus mofletes haciéndome rodar los ojos.

(...)

La noche de ayer prácticamente la pasé en vela consolando a Steve, me disculpé con el por haber hablado de más aunque el dijo que no le importaba pero en el fondo me sentía un poco mal; siempre iba a estar para él y viceversa, aunque nos peleemos el amor que nos tenemos vale más que nada en el mundo.

Steve hoy tenía el día libre y por consiguiente nos quedamos todo el día viendo películas en casa y comiendo comida chatarra; tampoco me apetecía ir a clase y dejar a mi hermano depresivo en casa, además tampoco me apetecía ir al instituto y encontrarme con Nancy.

—Gracias por quedarte conmigo pero deberías haber ido a clase, yo estoy bien—escucho la voz de Steve y levanto mi cabeza que estaba apoyada en su regazo.

—Tu estuviste conmigo en mis momentos de bajón, como hermana pequeña es mi deber, alguien me pasará la tarea, no te preocupes—sonrio dejando un beso en su mejilla.

El sonríe y besa mi cabeza unos segundos para después atraerme a su pecho.

—¿Que tal las cosas con Munson? Si te hace algo le rompo la cara—frunce el ceño haciéndome soltar una pequeña risa.

—Van...bien, me gusta estar con el, ya te dije que es totalmente diferente...parece un friki raro pero en el fondo es un amor—sonrio algo avergonzada por mis palabras.

—Mi hermana está enamorada y yo me enamoro de las personas equivocadas, estoy destinado a ser una madre soltera con seis niños a mi cargo—bromea y ambos estallamos en carcajadas.

Realmente no recuerdo cuando fue la última vez que mi hermano y yo pasábamos un momento así pero lo echaba mucho de menos; creo que a ambos nos hacía falta un momento así.

El sonido de la puerta interrumpe el momento y me levanto del sofá; al abrir la puerta me encuentro con Eddie preocupado que nada más verme se abalanza sobre mi para abrazarme.

—Joder, estaba preocupado, no has ido hoy al instituto y me estaba teniendo lo peor—respira algo agitado separándose de mi haciendo que mi confusión crezca.

—¿Eddie?—rio levemente—Estoy bien, solo me quedé con Steve porque estaba depresivo, nada más.

—Me quedo mucho más tranquilo pero he venido porque tengo que decirte algo bastante importante—cierra la puerta soltando un suspiro.

Eddie se queda callado durante unos segundos y juro que me pone muy nerviosa.

—Dime que pasa, Eddie, estás empezando a asustarme—frunzo el ceño levemente agarrando su cara para que me mire.

—A la salida del instituto he ido a entregar un encargo al bosque y al volver a por mi camioneta vi a el coche de Billy aparcado a unos metros del instituto—tartamudea algo nervioso.

Mi cuerpo se congela al escuchar sus palabras y siento como mis manos comienzan a sudar, la boca se me ha secado y no soy capaz de reaccionar. Ya decía yo que las cosas estaban yendo demasiado bien como para ser verdad.

Eddie me abraza pero yo no puedo corresponderle, me he quedado estática en mi sitio.

¿Por qué tiene que aparecer y joderme la vida cuando estoy en el mejor momento?

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Hoooooolaaaaa.

Aquí os dejo otro capítulo más, esta tarde subiré el segundo o incluso otro más.

¡YA SOMOS 3.28K! HEMOS LLEGADO EN A PENAS UNOS DIAS. 🥺

En serio, muchísimas gracias, soy pesada pero os merecéis que os agradezca cada día.

Sois las mejores. Gracias por leer. 💘

𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Where stories live. Discover now