𝑵𝒖𝒆𝒗𝒆

4.7K 341 58
                                    

Toda la mañana la he pasado encerrada en el baño para no socializar con nadie, no tengo fuerzas para hablar ni tan si quiera de cómo está el día; solo quiero olvidarme de toda la mierda por un momento. Una pequeña chispa ilumina mi cerebro haciendo que me levante del suelo rápidamente, pero tengo que apoyarme en la pared unos segundos; no desayuné nada y me agarró un pequeño mareo.

—Odio mi vida—murmuro entre dientes abriendo la puerta y antes de salir del baño mojo un poco mi cara.

Salgo del baño mirando hacia los lados por seguridad y suspiro levemente saliendo hacia el pasillo; tomo el walkman de mi mochila y subo el volumen a todo lo que puedo; Nothing Else Matters de Metallica suena por mis cascos haciendo que las lágrimas amenacen con salir, escuchar música siempre ha sido mi refugio y precisamente ponerme a escuchar canciones de amor en este momento precisamente no ayuda demasiado.

Camino por el pasillo arrastrando mis pies, a penas pegue ojo en toda la noche porque tuve una gran cantidad de pesadillas, incluso me desperté en medio de la noche pensando que aún seguía en la habitación de Billy en esa situación; gracias a Steve pude calmarme, tuvo mucha paciencia conmigo y ahí estuvo cada hora que me desvelaba.

Mis ojos buscan por el pasillo a la única persona que puede arreglar el problema que tengo ahora mismo, tienen que pasar unos segundos hasta que visualizo a quien estaba buscando.

—Ey, Munson—me acerco hasta el llamando su atención sacándome los cascos posandolos sobre mi cuello—¿Puedo hacerte un encargo? No es algo usual...pero lo necesito—practicamente suplico haciendo que su mirada sea aún más confusa.

—Primero que todo, buenos días a ti también—sonrie burlonamente apoyando su codo en uno de los casilleros—¿Que es lo que necesitas? Si te digo la verdad no luces muy bien y no sé si yo tengo la solución

—No te estoy pidiendo opinión, yo te pago tú me vendes y listo, se supone que eres muy discreto ¿no?—digo con algo de cansancio en mi voz, joder no creo que tenga mucho que hacer para convencerlo

—Bien, bueno. ¿Que se supone que quieres?—responde esta vez cambiando su expresión a una más seria

—Heroina—escupo en voz baja pero para que pueda escucharme. Eddie abre sus ojos como platos al oirme e inmediatamente niega repetidas veces

—¿Que? No, no y no. Ni de coña pienso venderte eso, está bien que te venda algo de marihuana para sentirte rebelde pero otra cosa distinta es venderte eso—niega repetidamente mirandome—¿Y si te pasa algo después de consumir? No gracias, no me apetece ir a la cárcel

Me paso las manos por la cara cerrando mis ojos por unos segundos mientras tomo aire para calmarme, no me apetece discutir con un tío que a penas conozco y con el que comparto un par de clases, en serio, tengo mejores cosas de las que preocuparme, solo necesito esa mierda.

—Escucha, yo se lo que hago simplemente vendemela, te pagaré más si eso es lo que quieres pero la necesito—muerdo mi labio levemente juntando mis manos en señal de desesperación

No muy convencido suspira pesadamente sujetando el puente de su nariz y un segundo después pone su vista en mi.

—Bien, de acuerdo, te la venderé pero no aquí. La mercancía más fuerte la tengo escondida en mi casa...para que te la venda tendrías que venir ahí, tranquila yo puedo llevarte y traerte

Honestamente no quiero quedarme sola con ningún chico y mucho menos con uno que a penas conozco, no creo que sea del tipo de Billy pero ante situaciones desesperadas hay que recurrir a medidas desesperadas, no me queda otra.

—Vale, nos vemos en la parte de atrás en cuanto terminen las clases—digo para después darme la vuelta y comenzar a caminar hacia mi aula.

Por suerte Steve trabaja hasta tarde y para cuándo él llegue a casa yo ya estaré ahí.

(...)

A penas suena el último sonido de la campana me levanto de mi lugar guardando las cosas en la mochila y me dispongo a salir del aula para ir en dirección a la parte trasera, no quería que nadie me viera irme con Eddie, mucho menos quería crear rumores.

No tengo que esperar ni un segundo ya que Eddie está esperándome apoyado en su camioneta mientras fuma un cigarro.

—Vamos sube—dice con una sonrisa haciendo un gesto con su cabeza abriendo la puerta del piloto.

Rodeo el vehículo para subirme al asiento del copiloto y suelto un pesado suspiro echando mi cabeza hacia detrás apoyándola en el respaldo del asiento. Eddie arranca el motor en dirección a su casa, durante el camino simplemente voy concentrada en la música y agradezco que no hable, no me apetece hablar.

Diez minutos después la camioneta se detiene en un lugar que no me da demasiadas buenas vibras, es la zona de trailers que está a unos once kilómetros de la ciudad. El se baja de un salto pero yo me quedo estática en mi sitio sintiendo como las palmas de mis manos comienzan a sudar.

—¿Alice? ¿Todo bien?—pregunta confuso desde el exterior del vehículo pero sigo sin reaccionar—Vamos venga, no pasa nada aquí no va a verte nadie

—¿Que?—pregunto en voz baja sacudiendo levemente mi cabeza para espabilarme—Si...si lo siento—añado algo avergonzada bajándome del vehículo.

Ambos entramos al trailer y me quedo viendolo por unos segundos, está algo desordenado y honestamente no tiene muy buen olor que digamos. Mientras Eddie va a buscar la sustancia me quedo parada en el salón jugando con mis manos mientras muevo mi pierna algo nerviosa, no me agrada estar aquí, quiero irme cuanto antes.

Esta tardando demasiado y yo estoy comenzando a desesperarme un poco.

—¡Eddie! ¿Encuentras algo?—alzo la voz para que pueda escucharme pero al no recibir respuesta suspiro frustrada caminando hacia lo que creo que es su habitación.

—¡Aquí estás!—le escucho decir pero justo nuestros cuerpos chocan haciéndome tambalear un poco—Ey cuidado—rie levemente sujetándome por la cintura.

Nos quedamos mirando por unos segundos hasta que caigo en la cuenta que tengo su mano en mi cintura, me separo rápidamente respirando algo agitada por los nervios, me incomoda que me toquen.

—Gracias, lo siento—murmuro tomando la bolsita entre mis manos y rebusco en mi bolsillo un billete de veinte dolares—Es todo lo que tengo, mañana te daré el resto

—No hay problema, invita la casa—sonrie de lado caminando hacia la sala y sigo sus pasos—Vamos te llevaré de vuelta a tu casa—camina hacia la puerta abriéndola para dejarme pasar.

No sé si en este momento me siento más insegura de haber estado a solas con alguien que no conozco después de lo que ha pasado o por llevar droga encima. El camino de vuelta vuelve a ser silencioso, voy metida en mis pensamientos que ahora no le estoy prestando atención a la música; de vez en cuando miro de reojo a Eddie quien conduce con una sola mano dando pequeños golpes al volante al ritmo de la música.

Cuando el motor se detiene frente a la puerta de mi casa, me despido rápidamente de él y antes de esperar su respuesta bajo de la camioneta. Nada más entrar a casa me aseguro que Steve aún no esté aquí y subo a mi habitación cerrando la puerta detrás de mí.

Saco la pequeña bolsa de mi mochila y agarro una tarjeta de mi cartera para hacer un par de líneas no muy gruesas; nunca había tomado este tipo de sustancia pero había visto a Billy hacerlo antes.

—Billy, esto va por ti y por la mierda en la que me has convertido—murmuro tomando una bocanada de aire para después esnifar el polvo blanquecino que descansa sobre mi escritorio.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Holiiiii.

Os dejo unos cuantos capítulos para el fin de semana y no me echéis de menos jajajaja.

Gracias por leer. 💘

𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Where stories live. Discover now