𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒆

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En este último mes mi vida había cambiado considerablemente especialmente porque mis horas con la psicóloga se habían reducido a un par de veces a la semana en lugar de cinco; estaba mejorando muchísimo y eso me alegra enormemente. Por otra parte Max estaba mucho mejor desde que había empezado ir a la terapeuta del instituto, se sentía mucho más tranquila sabiendo que Billy no iba a molestarla durante un tiempo, yo prefería no pensar en él porque no quería echar a perder todo lo que había avanzado.

Steve había dejado de traerme a la escuela, decía que tenía que empezar a ser independiente pero a mí no me engaña, todas las mañanas Nancy pasaba a por él para llevarlo al trabajo. Eso a mí me viene bastante bien porque puedo tomar su coche para ir a la escuela, así Max se venía conmigo todos los días.

—¡Pelirroja, nada de entretenerte con Lucas a la salida o llegaremos tarde al cine!—le chillo bajándome del coche, Max está a unos metros de mí y ella solo levanta sus pulgares sonriendo.

Ruedo los ojos riéndome cerrando la puerta del coche, no sé qué se traen estos dos pero deberían de empezar a decidirse en que hacer con sus vidas; es cierto que desde que los conozco siempre han estado saliendo, cortando y volviendo a salir.

Cuelgo mi mochila sobre mi hombro para disponerme a caminar a la entrada del instituto pero siento unos brazos rodear mi espalda por detrás haciéndome soltar un chillido.

—Tranquila nena soy yo, siento haberte asustado pero ya te echaba de menos—escucho la risa de Eddie—Estas muy guapa hoy—deja un beso en mi mejilla deshaciendo su agarre para pasar un brazo por mis hombros.

—Eres idiota Munson, me vas a matar de un infarto—respondo riendo caminando con el hacia el interior del instituto.

—Si si, lo siento, pero es gracioso ver tu cara de asustada—bromea a lo que yo le doy un pequeño codazo riéndome.

En este último mes mi relación con Eddie había avanzado mucho pero no somos nada oficial, simplemente estamos en la etapa en la que nos estamos conociendo más y por ahora eso me vale; estoy feliz de poder tener la suficiente confianza conmigo misma como para dejar que Eddie me besara siempre que quisiera, daba igual si estábamos en el instituto o en cualquier sitio público, no se avergonzaba de tener actitudes cariñosas conmigo.

Me despido de él con un rápido beso en la mejilla para que cada uno vaya a su clase, hoy no tenemos ninguna materia en la que coincidamos pero nos veremos a la hora del almuerzo.

(...)

El día pasa como siempre, muy aburrido entre clases hasta que finalmente la campana suena indicando el final de la jornada lectiva, recogo rápidamente mis cosas y salgo para esperar a Max.

Hoy todos vamos a ir al cine ya que hace mucho que no estamos todos reunidos, Steve y Robin irán directamente allí cuando salgan de trabajar, Max y yo tenemos que pasar por mi casa para cambiarnos y Eddie se encargaría de llevar a los demás un rato antes al centro comercial para mirar unos juegos.

Visualizo a la pelirroja hablando con Lucas animadamente y toco el claxon repetidas veces para que Max se percate de mi presencia; inmediatamente ella corre hacia el.

—¿Que habíamos dicho sobre entretenerte?—alzo una ceja con diversión dirigiéndole una mirada fugaz para después volver la vista a la carretera.

—Lo siento, lo siento—rie levemente haciéndome sonreír de lado.

No sé qué se traen pero desde luego que deberían volver, para mí son una de las mejores parejas, solo que desde que Lucas se ha comenzado a mezclar con los jugadores del equipo de baloncesto se ha vuelto un poco imbécil.

𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora