𝑸𝒖𝒊𝒏𝒄𝒆

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Mi cuerpo reacciona rápidamente al entrar en contacto con el agua haciéndome abrir los ojos de golpe.

—¿Que ha pasado?—pregunto alterada mirando hacia los lados encontrándome a Eddie mirándome con preocupación—¿Eddie? ¿Que haces aquí?

—Tranquila, estás a salvo, ayer me dijiste que pasase a por ti y aquí estoy. Dustin y yo estuvimos esperando cerca de diez minutos en el auto pero al ver que no salias nos preocupamos, tampoco abrías la puerta y encontró una llave en una de las macetas—me explica ayudándome a levantarme de la bañera para no caerme—Te encontré en la cama, creo que te dio una pequeña sobredosis...vi que volviste a consumir Alice, prometiste que no lo harias—agrega con un toque de decepción en la voz.

El pecho se me estruja un poquito al escucharle y bajo la mirada avergonzada, durante todo este tiempo he decepcionado a muchas personas y no quería seguir haciéndolo pero me temo que por muy bien que quiera hacer las cosas termino dañando a alguien. Es cierto que le prometí a Eddie que no volvería a consumir y estaba convencida en que no lo haría de nuevo pero caí en la tentación.

—Lo siento Eddie—murmuro con la voz apagada envolviendome en la toalla una vez que salgo de la bañera, agradezco que mi ropa siga puesta.

—¡Alice!—exclama Dustin preocupado con un puñado de ropa en sus manos—Menos mal que estás bien, perdona por haber revuelto tu armario pero no sabía que querias—hace una mueca levantando la ropa.

Río levemente ante su comentario, Dustin tiene la capacidad de hacer reír a cualquier persona en el peor momento.

—Gracias Dusty, eres un cielo—sonrio tomando la ropa y Eddie sale del baño cerrando la puerta tras de sí.

Me saco la ropa mojada para poder secarme todo el cuerpo, poco a poco siento como las lágrimas comienzan a caer y tengo que sentarme sobre la taza del inodoro para relajarme; no me gustaba sentirme débil, ojalá no estar pasando por todo esto, solo espero que a Billy se le devuelva el uno por ciento de mi dolor para que sienta lo que yo siento.

Cuando consigo calmarme, me pongo unos shorts junto con una camiseta ancha y peino mi pelo recogiéndolo en un moño bajo; mi cara vuelve a estar pálida al igual que mis labios y mis ojeras han tomado ese ligero color morado que hace mucho no tenían; eres una mierda Alice.

Al salir del baño encuentro a Eddie y Dustin parados en la puerta.

—Debo ir a clase. ¿Puedes llevarme?—le pregunto a Eddie quien niega inmediatamente.

—Ni hablar, hoy no iré a clase ni tú tampoco, vas a quedarte descansando y yo me voy a quedar contigo, no acepto un no por respuesta—responde Eddie rápidamente con un semblante serio pero relajado a la vez.

—Si, no deberías de ir a clase, hoy quédate en casa descansando; yo tomare prestada una de las bicicletas de tu garaje para ir al instituto, puedo llegar a segunda hora sin problema—le apoya Dustin acercándose a mí para abrazarme fuerte, es un tierno—Recuperate Alice, nos vemos—sonrie separándose de mí y tras despedirse de Eddie baja las escaleras.

Yo suspiro a regañadientes caminando con cuidado de no caerme hacia mi habitación, mi vista va hacia el escritorio donde aún descansan los restos del polvo que consumi anoche; ver eso solo me hace ver la mierda de persona que soy.

Me siento en la cama subiendo mis piernas al colchón en posición de indio y tomo un cojín para ponerlo en mi regazo mirando hacia un punto fijo; siento como el colchón se hunde hacia un lado dándome a entender que Eddie se ha sentado junto a mi pero ninguno de los dos dice nada.

—Soy un asco de persona, he decepcionado a todo el mundo, incluso a mi misma; no soy capaz de afrontar la realidad. Steve llevaba razón, si le hubiera hecho caso no estaría en esta situación ahora mismo—rompo el silencio después de un rato.

—¿Steve te dijo eso?—pregunta Eddie incrédulo soltando un bufido de frustracion—Escuchame Alice—toma mi rostro en sus manos para que lo mire—Ni se te ocurra pensar que eres un asco porque no es así, eres una persona increíble que solo ha tenido mala suerte en la vida y mucho menos no vuelvas a pensar que esto es tu culpa, tú no tienes la culpa de que tu novio te haya tratado como una basura, eso solo es su culpa—dice dulcemente acariciando mis mejillas con su pulgar.

Una sensación de seguridad me invade haciendo que cierre mis ojos ante su tacto, se sentía muy bien.

—A veces siento que no soy suficiente para nadie, intento pensar que no es así pero mi cabeza me juega malas pasadas—murmuro abriendo mis ojos lentamente para encontrarme con los suyos

—Eso es porque no te han sabido valorar como te mereces, pero ya me encargaré de que abras los ojos y veas cuánto vales—sonrie dejando un pequeño beso en mi frente—¿Comiste?—niego—Bien entonces vamos, te haré algo de comer aunque la cocina no es mi punto fuerte—bromea haciéndome soltar una pequeña risa separándose de mi extendiendo su mano.

Tomo su mano levantándome de la cama, Eddie entrelaza nuestros dedos cuidadosamente y bajamos hacia la cocina. Le indico donde están los utensilios de cocina y cuando suelta mi mano tomo asiento mientras le observo cocinar; se ve realmente concentrado e incluso a veces saca ligeramente su lengua haciéndome reír por lo bajo.

Me sorprende que Eddie se preocupe tanto por mi pero eso me gusta, me hace sentirme querida de verdad y sobre todo que le importo a alguien; Steve ayer se pasó de la raya conmigo y aunque hayamos discutido muchas veces jamás había cruzado esos límites. Con Munson me siento en paz, es extraño porque desde lo que ocurrió con Billy no he dejado que se me acerque ningún chico pero Eddie ha estado a mi lado desde que lo supo y se ha preocupado por mi en todo momento.

—Aqui tiene usted señorita, unos huevos revueltos con beicon—sonrie poniendo delante de mí el plato con la comida y un vaso de zumo—¿Quieres algo más?

—Asi está bien, Eddie, gracias de verdad—agradezco con una sonrisa tomando el tenedor en mi mano derecha—¿Tu no quieres comer nada?—frunzo el ceño levemente al ver que se sienta frente a mí sin nada de comida.

—Prefiero verte disfrutar comiendo, tienes que ponerte grande y fuerte—dice riendo haciéndome reír también.

Comienzo a comer a un ritmo lento masticando despacio saboreando la comida, honestamente no tengo nada de hambre pero tengo que comer si no quiero acabar desmayada; me da un poco de pena que Eddie este a mi lado sin comer y apuesto a que tiene hambre.

—Abre la boca—le digo tomando un pedazo de comida en mi tenedor y él me mira confundido—Avioncitooooooo—muevo ligeramente el tenedor en el aire con cuidado que no caiga la comida y lo introduzco en su boca—Tu cara me decía que querías comer—rio levemente tomando un sorbo de zumo.

Cuando termino de comer voy a levantarme para lavar los trastes pero Eddie me lo impide para hacerlo el, yo simplemente suspiro con una sonrisa negando con mi cabeza y me quedo al lado esperando a que termine.

Una vez termina nos dirigimos hacia el sofá para poner una película; busco por las cintas que tengo y tras encontrar una que sea medianamente decente la introduzco en el reproductor de vídeo.

Llevamos como veinte minutos viendo la película y de vez en cuando miro a Eddie por el rabito del ojo haciendo que en algunas ocasiones nos pillemos mirándonos el uno al otro haciéndome reír. El parece estar concentrado en la película e inconscientemente me acerco a el levantando su brazo derecho para apoyarme en su pecho dejando caer nuevamente su brazo para que me envuelva en sus brazos.

Eddie al notarme sobre el refuerza su agarre dejando descansar mi mano en mi  cabello mientras comienza a dar suaves caricias sobre el.

Me siento tranquila por primera vez en mucho y eso me asusta.

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Hoooola.

Os dejo este capítulo de regalo porque me apetece, espero que os guste porque me ha encantado escribirlo.

Gracias por leer. 💘

𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Where stories live. Discover now