Siete

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Estiré mis articulaciones para desperezarme y terminar de despertar para comenzar otro día. Intenté girarme para mirar a Ethan pero tenía su mano bajo mi camiseta sobre mi pecho y estaba tan pegado a mi espalda que no podía moverme. Cogió esa manía de dormir con su mano en mi pecho desde hacía unas semanas, como duermo sin sujetador enseguida siento el calor de su piel y aunque lleve camiseta mete la mano igual bajo la prenda. Lo hace incluso dormido, la primera vez me despertó y cuando le dije que quitara la mano balbuceó algo ininteligible y siguió durmiendo como un angelito.

Me quejé y a la fuerza le hice quitar la mano, se resistió demasiado y empezó a abrir los ojos. Aparté la sabana de encima cuando fui libre y ya de pie estiré mis brazos y cuello.

—Mmm...menudo culo.

Oculté mi sonrisa fingiendo estar indignada cruzando mis brazos bajo mi pecho.

—Pervertido.

—¿Lo he dicho en voz alta? —no quita esa sonrisa de sus labios—. Mmm...menudas tetas.

Me metí en el baño, abrí la llave de la ducha y me despojé de la ropa interior en lo que se calentaba el agua. En cuanto se calentó entré bajo el chorro caliente que me empapó entera en segundos. 

Llevaba ya mi segundo champú cuando sentí la mampara deslizarle suavemente a mi hombre entrar. Ronroneo en cuanto sus manos se deslizan por mi cintura.

—¿Por qué tardaste tan...¡ah! —pregunto mirando por encima de mi hombro justo cuando lo veo agachado y me muerde el culo sacándome un gritito de sorpresa.

Con sus manos en mis caderas me hizo girar para quedar de frente. Sin dejar de mirarme a los ojos me besó el vientre con cariño.

—Mmm...que guapo te ves ahí —me burlé.

Sonrió travieso y siguió dejando besos hacia abajo con la clara intención dibujada en su mirada oscura. Clavó su mirada entre mis piernas y temblé incluso antes de que me tocara, las cosquillas en mi estómago fluyeron por todo mi cuerpo con la anticipación y sentí que me calentaba en segundos.

Pasó los dedos por entre mis labios vaginales, di un pequeño respingo y un gemido se ahogó en mi garganta. Se mordió el labio inferior y me observó con más deseo y fascinación. Me hizo abrir más las piernas y en cuanto sentí su lengua hacer contacto con mi zona sensible me tuve que agarrar a la pared para no caer.

Me sujetó con firmeza las piernas manteniéndome bien abierta para él que no dejó de lamer y yo gemí sin contenerme. Eché agua en mi cara para no desfallecer del placer que me estaba dando. Me clavó los dedos en los glúteos pegándome más a su boca que me devora con mucho deseo chupando cada gota de mi placer. 

Me llevó a apoyar la espalda en la pared porque acabaría derritiéndome en el suelo de la ducha. Tiré de su pelo necesitada de tenerlo más, más y más cerca.

Solté todas las palabrotas existentes y alabé a la vida por crear semejante hombre que sabe lo que me gusta, como me gusta y donde me gusta. Casi chille cuando me dio un pequeño mordisco que me hizo temblar las piernas y usó sus dedos para penetrarme. Mis caderas se movían contra su boca en una sincronía perfecta. Sin dejar de devorarme alzó la mirada conectando con mis ojos y para darle una mejor vista llevé mi mano libre a uno de mis pechos y me acaricié incrementando mi placer. Me pellizqué los duros pezones y él me chupó entera hasta dejarme seca. 

Llegué al glorioso orgasmo que me arrolló como un tren pero que disfrute como si callera sobre una enorme nube blandita y suave.

—Mmm...que rica eres nena —murmuró relamiéndose de los labios los restos de mi orgasmo.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora