Cincuenta

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ETHAN

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ETHAN

La vida es injusta. Una jodida cabrona.

Debería vivir este momento de otra manera. Quiero haber entrado en el paritorio y salir a avisar a toda la familia y amigos preocupados y expectantes que mi hijo acaba de nacer. Que mi mujer hermosa —a pesar de estar agotada después de haberme gritado de todo menos bonito— está en la habitación junto al bebé, lo dos sanos y perfectos.

Me estaba agobiando mucho estar ahí sin noticias. Con las agujas del maldito reloj avanzando imparables asfixiándome y susurrándome que tanto tardar es malo. Que tanta expectativa iba a hacer que el golpe fuera devastador.

Mi mano se apretó en el borde la silla y me incliné hacia delante al notar que no entraba aire en mis pulmones y boqueo como pez fuera del agua.

—Ethan —Patrick se me plantó delante agachado.

Me agarra de la nuca pidiéndome que lo mire pero yo sigo intentando respirar, llegando a la conclusión de que sin Loren no puedo.

Necesito a mi mujer, la necesito.

—Ethan, respira despacio.

—No puedo —consigo decir con la voz ahogada.

—Te está dando un ataque de ansiedad, tienes que concentrarte y hacer lentas respiraciones para calmarte.

Están entrando deprisa en la sala donde tienen a Loren y nadie me dice nada. Todos parecen alterados atendiéndola y tanto grito no es bueno.

—Ven —me hace levantarme y llegar a la ventana que abre por completo—. Respira hondo.

Niego. Me cuesta. La vida se me escapa del cuerpo. Esta pesadilla no termina, sino que continúa y va a peor.

—Están atendiéndola y todo saldrá bien.

Minutos asfixiantes donde me cuesta volver a respirar. En cuanto pongo el culo en la silla un cirujano sale y voy a por el como un desquiciado empotrándolo contra la pared. Patrick intenta detenerme pero estoy fuera de mí.

—Su mujer está bien —me dice para que me calme pero no puedo—. Hubo complicaciones para encontrar la bala que se movió del sitio que vimos en la radiografía. Rozó algunos órganos pero ya la hemos estabilizado.

—¿Y por qué coño tardan tanto?

—Estamos reparando los daños, señor Langford. No tardaremos en terminar la operación.

Lo suelto a regaña dientes y lo dejo ir volviendo a mi sitio. No es mucha la información pero tendrá que valer por ahora.

Me paso las manos por el pelo suspirando frustrado cuando Narcisa se levanta y viene a sentarse a mi lado.

—Tienes mala cara cielo —me dice—. Deberías ir a descansar, te avisaré si pasa cualquier cosa.

—No quiero moverme de aquí —niego con la cabeza—. Y aunque intentara cerrar los ojos sería totalmente incapaz.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Where stories live. Discover now