Treinta y dos

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Una rápida ducha al volver del trabajo antes de ir a dormir es maravilloso. Al salir me echo cremita hidratante en mi barriga. Ethan también se ducha y me ayuda echándome crema en la espalda en un reconfortante masaje.

Me lleva a la cocina en cuanto tenemos el pijama puesto y sacamos un tupper que nos deja Karen con comida para hacernos la cena y no pedir comida basura. Nos sentamos a cenar en la isla para ir después directos a la cama ya que llegamos bastante tarde hoy.

La comida de Karen es muy buena y hoy tengo las náuseas en pausa al parecer ya que todo me apetece y se queda en mi estómago. Pincho un trozo de zanahoria con el arroz mientras Ethan me cuenta cosas. Yo aún sigo comiendo con calma mientras el engulle como un pato y ya se pone a fregar. En un momento deja la conversación a medias cuando saca el móvil del bolsillo del pijama.

—Perdona un momento —se apresura a irse por el pasillo y yo me quedo atontada.

¿Desde cuando contesta llamadas en otra habitación? ¿Por qué ya no contesta delante de mí? ¿Qué tiene que ocultar?

Dejo despacio el tenedor y corro al despacho donde la puerta está cerrada. Apoyo la oreja y por suerte oigo bien lo que dice.

—Buenas noches, ¿qué son estas horas de llamar? —bromea con una pequeña risa—. Vas a conseguir que me pille.

Algo le está diciendo porque se queda en silencio un momento.

—Sí, quiero volver...Me encantó lo que me enseñaste...Esa me gustó muchísimo.

¿Esa? ¿Esa quién? Se hace el silencio. Creo que la conversación terminó pero solo estaba escuchando lo que le respondía.

—Oye no te aproveches a pedirme más dinero porque me gustara lo que vi —le dice con esa risa encantadora que voy a empezar a odiar si la dirige a otra persona—. Ya lo pactaremos la próxima vez que nos veamos. Gracias Carol.

Me alejo de la habitación agarrándome a la pared para recuperar la respiración ya que empiezo a marearme. Llego a la cocina antes de echarme a llorar y me doy aire con la mano notando como me tiembla el labio inferior.

Oigo sus pasos por el pasillo y me paso la mano por la cara calmándome.

Entra en la cocina tarareando una canción y me sonríe cuando me ve.

—Hola nena —me besa la mejilla y me acaricia el vientre un instante.

Se va a la nevera a coger un vaso de gelatina que aplasta y empieza a comérselo, como siempre, directamente del envase.

Cerdo asqueroso.

¿En quién más estuvo usando la lengua además de en mí? ¿Qué le dan que no le doy yo? Ahora ya estoy preñada, ya no soy atractiva, ya soy una madre y dejo de ser una jovencita sexy.

—¿Quién llamaba? —pregunto casual intentando no clavar el tenedor en mi cena.

—Era del trabajo, tengo que enviar unos documentos importantes.

Mentiroso. 

Una llamada de trabajo no lo deja tan contento y menos la hacen a estas horas.

Lo miro apoyado contra la encimera. Se lo ve tan tranquilo y tan relajado como después de follar y conmigo no pasó nada.

Se está follando a otra.

No puedo creerme que me esté haciendo eso. No quiero creerlo.

Tengo que calmarme y pensar con la cabeza fría antes de hacer nada.

Es que solo imaginar que toca a otra que no soy yo me da náuseas. Imaginar que besa a otra o como se la folla me entra una rabia que igual mato a alguien.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Where stories live. Discover now