Veinticinco

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—¿Seguro que está bien que salga? —se sienta al borde de la cama y me pone la mano en el vientre.

—Sí amor, estaré bien con todo el piso para mi.

Después del accidente en mi casa los chicos querían pasar más tiempo con mi hombre y a mi me pareció bien pasar unas horas con la casa toda para mí. Compré a escondidas un tarro grande de Nutella y muchas cosas para untar.

—Bien —me da un beso—. Llámame por lo que sea y no pongas muy caliente el agua de la bañera.

—Voy a ver series y a atiborrarme de palomitas.

Está muy guapo con esa chaqueta de cuero que me dan ganas de quitársela y no dejarle salir. No lo hago porque me apetece estar sola un rato.

—Ten mucho cuidado con las lagartas que hay sueltas —hago pucheros tirando de la chaqueta—. Que no te guste ninguna, porque solo puedo gustarte yo.

—Solo me encantas tú, nena, para siempre —me señala su alianza.

Sonrío robándole otro beso.

Le pongo bien la chaqueta.

—No te alejes de los guardaespaldas, tienes que volver entero.

—Volveré entero para darte mucho amor.

—Más te vale.

Le rodeo el cuello con el brazo y le doy un buen morreo para que vea lo que le espera cuando vuelva.

—Te echaremos mucho de menos —le digo cuando se pone en pie.

—Y yo mucho más —me besa los labios y luego la barriga.

Me cuesta soltarlo cuando se aleja hasta que nuestros dedos se sueltan. Deja la puerta entre abierta al salir.

Salto de la cama deprisa y cruzo corriendo el pasillo. Ethan se gira sorprendido al notarme y me tiro a su cuello. Le como la boca con toda, metiéndole la lengua para que me coja con ganas al volver. Oigo el ruido de llaves al caer al suelo y sus manos van directas a mi culo que aprieta y pega nuestros cuerpos.

—Joder —exhala al apartarnos para respirar.

Lo agarro por la chaqueta y tiro poniendome de puntillas llegando a su cuello incandole el diente succionando y dándole con la lengua para hacerle una marca. Lo suelto después de un rato y suspiro satisfecha con al gran marca morada que le acabo de hacer.

No soy fan de los chupones porque son peligrosos sin embargo por una vez me viene bien. Que vaya marcado y sepan que tiene una vampira que le arrancará la cabeza a la que lo toque.

—Ahora si puedes irte.

Ethan suelta una carcajada.

—Necesito un minuto —lleva la mano a la entrepierna haciendo una mueca porque le aprieta el pantalón por la creciente erección.

Me da un beso en la frente. Se agacha a recoger las llaves y le propino un pellizco. Se incorpora enseguida mirándome travieso.

—Cuando vuelva vamos a jugar de verdad —me hago la inocente y él se ríe.

Nos despedimos y cierro la puerta en cuanto entra en el ascensor.

De repente hay mucho silencio. No me gusta. La próxima vez que salgan de noche tengo que pedirle a las chicas que vengan.

Enciendo la televisión y pongo el canal de música mientras paseo por la casa con las luces encendidas para que no me de mal rollo la oscuridad. Llevo puesta una camiseta de Ethan que el ya no usa porque tiene algún agujero y un par de manchas de dudosa procedencia. Bailo libre por la casa hasta nuestro baño. Me hago un moño mal hecho y me pongo una mascarilla mientras tarareo la melodia baja que procede del salón.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Where stories live. Discover now