Treinta y seis

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—¿Sabes cuando volverá la doctora Galo?

—¿No te gustan las sesiones conmigo?

—No —admití demasiado rápido.

Doc me había enseñado muchas cosas entre ellas que mi opinión es importante, debo decirla porque callarme no hace ningún bien.

—Vaya, directo al ego.

—No es personal, es que Doc y yo tenemos una historia —bromeo para aligerar la tensión que siento.

Se me hacen difíciles las consultas con él, no me da la confianza que me daba la doctora. Con Doc las opiniones eran más objetivas y creo que entre mujeres nos entendemos mejor.

—Bueno, para tu suerte volverá en breve y podrás librarte de mí —bromea.

Ethan había elegido en específico una mujer para que me sintiera más cómoda la primera vez que pisaba una consulta. Aprendí a sentirme bien con ella y con él me siento como si intentara abrir mi cabeza para rebuscar entre mis pensamientos. Me siento como si estuviera bajo una lupa y que recalca cada error que cometo.

—¿Cómo va el embarazo?

Me pongo la mano encima de la barriga de forma instintiva.

—Es extraño tener un pequeño ser vivo creciendo en mi barriga.

—¿Ya sabes el sexo?

—Todavía no, lo sabremos pronto.

—¿Y tu marido? ¿Está contento de ser padre?

—Muy contento —sonreí.

No pasa ni una noche sin echarme crema mientras le habla. Antes despertaba todos los días con su mano en mi teta por debajo de la ropa, ahora la pone sobre la barriga.

—Me alegro.

Cerró su libreta y la dejó caer sobre la mesita de centro levantándose porque terminó la sesión.

—Nos vemos la semana que viene —me despidió en la puerta—. Quizá para entonces la doctora habrá vuelto.

Patrick se levanta en cuanto me ve y nos despedimos saliendo de la consulta para subir al coche. Ethan se va directo a la empresa los días que tengo consulta, ya me acompañan mis guardaespaldas y así el puede trabajar.

Primero voy a mi despacho a dejar mis cosas. Ayer dejé el portátil aquí para no cargar con el. Veo que se me quedó encendido y rápido lo enchufo a cargar antes de que muera la batería.

El aviso de correos acumulados me hace quedarme unos minutos antes de ir a saludar a mi maridito, se pone pesado si no voy primero a saludarlo en cuanto llego.

Precisamente el último correo que me llegó hace veinte minutos es del correo de trabajo de Ethan. Lo abro y chillo de emoción.

Casi salgo corriendo de mis despacho. Me obligo a caminar rápido pero sin correr para no caerme. Pulso apresurada el botón. Grace, que está sola en la recepción me mira confundida y yo solo le sonrío.

Entro en el ascensor y espero paciente que baje a la planta de mi equipo. Atravieso la entrada a la sala general donde enseguida recibo saludos y voy directa a Marisa que está hablando con una compañera.

—¡Marisa!

Le pide un momento a la mujer y viene a mi encuentro.

—Tengo una noticia increíble —exclamo con mucha emoción—. Ethan ha comprado la pizarra que queríamos.

Los ojos de Marisa se abren incrédulos y empieza a sonreír tanto como yo.

Chillamos superemocionadas como niñas.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Where stories live. Discover now