Veintitrés

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—Feliz cumpleaños, nena.

Sonreí emocionada de ver entrar a mi hombre con un regalo enorme que dejó sobre mi escritorio en la oficina.

Me levanté de un salto de mi silla y fui enseguida a sus brazos cálidos y cómodos.

—¿Dónde estuviste toda la mañana? —me quejo después de un buen beso.

Esta mañana me levanté y no estaba. Me encontré a Patrick en mi cocina porque Ethan salió pronto.

—Recogiendo el regalo perfecto para mi mujer.

Miré la bonita caja blanca con el gran lazo dorado con sospecha. Ethan con una gran sonrisa me instó a abrirlo.

Tiré del lazo y levanté la tapa que dejó caer a los lados las paredes de la caja mostrando lo que escondía que me dejó con la boca abierta.

Una representación exacta de un huevo de dragón de La casa del dragón, dentro de una urna de cristal protectora.

—Dios mío Ethan, te pasaste.

Me inclino para verlo más de cerca fascinada por los detalles. Lleva una plaquita con el símbolo
Targaryen debajo y encima de la caja hay un certificado de autenticidad, no es una replica barata.

Miré a Ethan aun sin creérmelo.

—Es el mejor regalo del mundo.

Se encoje de hombros rodeándome la cintura con el brazo.

—Con unos bombones era suficiente.

Como le odio porque se le da increíble hacer regalos mientras que yo nunca sé que regalarle y tengo que recurrir a darle amor, aunque luego queda muy satisfecho y contento.

—No voy a regalarte por tu cumpleaños unos simples bombones, eso puedo regalártelo todos los días —me apoyo contra su pecho rodeada por sus brazos—. Esto sabía que te iba a encantar.

Y madre mía si me encanta.

—Señor Langford —interrumpen desde la puerta que dejó entre abierta—, ¿donde quiere que dejemos las flores?

—Déjelas ahí —señaló a un lado y abrieron del todo la puerta para entrar.

Entre dos hombres metieron en mi despacho una enorme base de cartón con forma corazón casi tan grande como yo lleno de rosas rojas.

—Te pasaste Ethan —exclamo con la boca abierta—. Son hermosas.

Ethan se encarga de firmar unos papeles de los repartidores y yo mientras me acerco a mis flores. Se ven perfectas, con un color muy vivo y con una textura suave como el terciopelo. Lo que me llevó a pasar la mano sobre ellas para notar su suavidad hasta que...

—¡Ay! —chillé apartando la mano encontrándome con cortes en mis dedos que empieza a sangrar.

Ethan enseguida me sujetó la mano sorprendido.

—Joder, les dije que se aseguraran de quitar todas las espinas.

Metió la mano apartando la rosa buscando la espina pero lo que había debajo me dejó de piedra.

—¿Qué cojones es esto?

Ethan como fuera de si empieza a llamar a la floristería donde compró las flores y empieza a gritos con todos.

Mientras el grita al teléfono y yo aprieto un pañuelo contra mis deditos magullados veo una nota sobresaliendo por un lateral. Curiosa la cojo, pone mi nombre.

Aléjate o será tu último cumpleaños.

¿Qué?

Meto la tarjeta en mi bolsillo cuando Ethan me mira y entran Patrick y Sergei. Pienso en decírselo a Patrick pero si lo hago él insistirá en contarle todo lo que le hemos ocultado y eso solo hará peor la situación, que ya está muy mal por culpa de esto.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Where stories live. Discover now