Cuarenta y siete

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—Apagad y largaos

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—Apagad y largaos.

—Nooo —gimotearon a la vez—. Un rato más.

Entro en el salón donde los tres rubios idiotas están discutiendo frente a la consola. No sé quien es más infantil si mi marido o los dos clones, que pelean como niños.

—Vuestra madre está aquí —anuncio para calmarlos a todos.

Los tres pares de ojos miran en nuestra dirección. Se parecen tanto que da miedo. Freddie y Josh son como versiones adolescentes de Ethan.

—¿No podemos quedarnos a dormir? —pregunta Freddie.

—Ni de coña —espeta Ethan—. Loren necesita tranquilidad.

—Cuñada quierenos tú —Josh hace pucheros y Freddie lo imita.

—He dicho que no —gruñe Ethan.

—¿Quieres un café, Isabella? —decido ignorarlos para calmarlos a todos.

—Descafeinado, si tienes —asiente mi suegra.

—Solo este ratito —señalo a los rubios, sobretodo a Ethan que pone mala cara.

Adoro a mi rubitos pequeños, pero obviamente quiero la casa sola con Ethan. La insonorizacion solo impide molestar a los vecinos, no quiero tener que preocuparme de que los gemelos nos escuchen.

Invité a los chicos a cenar porque me encanta pasar tiempo con la familia. El problema es que Ethan les tiene poca paciencia a esos dos, llevan aquí apenas una hora y por eso tuve que llamar a Isabella para que sacara de aquí a los gemelos antes de que los estrangule.

Isabella y yo nos tomamos una café, bueno ella un café y yo un tecito porque tengo el estómago revuelto. Charlamos unos diez minutos antes de que tanto silencio en el salón nos ponga algo tensas.

—¡Ethan! —grita Isabella horrorizada con la escena.

Ethan tiene a Josh boca abajo en el suelo con su rodilla en la espalda para que no se levante y está sujetando a Freddie por el cuello de la sudadera.

No se les puede dejar solos.

—Llévatelos ya de aquí, mamá —gruñe Ethan entre dientes mirando furioso a su hermano que lloriquea muy teatralmente.

Me apresuro a tirar de Ethan para que suelte a los rubios que se arrastran a esconderse con su madre.

—Fuera de aquí —señalo el pasillo furiosa.

Se incorpora y le propino un coscorrón en la cabeza.

—¡Ay! —se soba donde le pegué.

—Eso es cuñada dale duro —exclama Freddie.

—Demuestra quien man... —se callan cuando los miro furiosa.

Empujo a Ethan para que se vaya por el pasillo y los acompaño a la salida. Isabella suspira cansada de sus hijos, me da un beso en la mejilla y me acaricia por última vez la barriga.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Where stories live. Discover now