Especial #1

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Percy


Era joven cuando vi a Skyler por primera vez, tenía diecinueve años y un insomnio terrible que no me permitía dormir. Mi cuerpo estaba lleno de emoción y adrenalina por aquella nueva aventura que estábamos viviendo con nuestros amigos. Convertirnos en una gran banda, ser famosos, ser reconocidos mundialmente y que todo el mundo supiera quienes éramos. No sería un camino fácil claro está, pero queríamos intentarlo.

La primera vez que la ví, ella me grito por la ventana que dejara de hacer ruido porque no la dejaba dormir. Gracias a la luz de su habitación me daba una pequeña idea de como era, de rostro redondo con mejillas llenas, el cabello naranja lleno de rizos y un cuerpo grande que estaba tapado con el pijama. Me quede mudo viéndola, recuerdo preguntarle tímidamente si toque mal, a lo que ella grito que terrible. Solo unos segundos después salió a disculparse.

Me di cuenta por su tono de voz, que realmente estaba mal, pues aparte de darme la razón que tuvo "un mal día", había mas que no sabía, pero claro yo era un desconocido como saberlo en aquel entonces. 

Da vergüenza mencionar la segunda vez que la ví, donde vergonzosamente camine a su casa a preguntar si tenía algo que pudiera darme en lo que hacíamos las compras. No entiendo como me dio la cara para hacer eso, es algo que me sigo reprendiendo en el día de hoy, pero ella me sonríe de manera dulce mientras buscaba algo que darme. Tenía unas caderas anchas, y el pecho se le ajustaba en la ropa que llevaba marcándolo, sus piernas eran algo digno de admirar si era honesto, nunca me llamo tanto la atención unas piernas como en ese momento. 

Cuando me dio las cosas y nuestras manos se tocaron por un breve segundo, pude sentir algo. Algo que me decía que tenía que conocerla, tal vez ser un amigo, pero quería verla mas seguido.

Pasaban los días y nos hicimos cercanos, me estaba empezando a gustar, me gustaba el sonido de su voz al hablar. Los ojos verdes que brillaban de emoción cuando hablaba de un tema que la emocionaba, y yo estaba cayendo por ella, lentamente y de una manera dolorosa estaba cayendo, dejándola ingresar en mi corazón. 

No me gustaba cuando la veía llorar, o cuando había gente que se volteaba a vernos. Como si les fuera increíble vernos o algo parecido, y ella lo notaba, se daba cuenta de esas miradas. No importaba mis inutiles intento de que aquellas miradas eran inutiles, ella estaba pendiente. Recuerdo vagamente la vez que estaba cortando el pasto en la casa, porque me tocaba aquel día, y unos vecinos, chicos de mi edad, se acercaron entre risas a hablarme. Al principio fue una conversación normal, pero cuando hablaron de Skyler, preguntándome si estaba ciego porque me fijaba en ella en lugar de su prima, eso me molestó. Pero fue algo que nunca dije. 

Nada de eso me importaba si era honesto, ni las miradas, ni las palabras. Pero mientras que a mi no me afectaban, estaba el lado de que a Skyler si le importaba. Y fui ciego, fui estúpido que no me di cuenta. 

Cuando me dejo en el aeropuerto fue el día mas triste de mi vida, recuerdo haberme sentido desbastado, con el corazón roto en mis manos, con un dolor impagable en mi pecho. Porque yo la ame en esos meses, realmente la ame, y ella pareció tirar todo eso a la basura. Conocí otras personas, bebía hasta perder la conciencia, escribí un álbum que llego como número 1 en todos lados. Años después al volver a encontrarnos, solo había dos opciones, o la olvidaba o luchaba por ella. 

Y al final, me rendí, porque ella iba a casarse. Ella siguió adelante. Era mi turno de hacerlo, pero el universo es una cosa jodida, como si fuera un juego donde tiran los dados y el mundo que salga depende los movimientos que debes hacer. Al final de todo esto, de las complicaciones y demás, volvimos juntos, y creía que estábamos en nuestro mejor momento. 

Me volteo a verla donde ella estaba escribiendo concentrada en la computadora, vestida con pantalones de pijama y una remera gris que se le ajustaba al cuerpo, ¿quien diría que tantos años después me seguiria trayendo como loco sus caderas? Me gustaba cuando las remeras se le ajustaban en el pecho, y las mejillas redondas que tenía, me quede un rato largo observandola lo que hace que se voltee a verme y se ría. 

—¿Que pasa?

—Solo te observo.

—Bien...¿por qué?

Me quede recostado en el sillón mientras la veía, Skyler se ríe y veo sus mejillas sonrojarse.

—Deja de verme así.

—¿Por que?

—¿No deberías trabajar?

—No te preocupes por mi trabajo, ya gano millones. 

Ella rueda los ojos levantándose de la silla, camina hacía mi mientras la veo, se acomoda en el sillón a mi lado y la sostengo abrazándola mientras beso sus labios. 

—Pensaba en lo mucho que te amo.

—Eres tan cursi.

Un gruñido sale en el fondo de mi garganta mientras que ella se ríe acariciando mi pecho, volví a dejarle un beso.

—Por eso no te digo mis pensamientos, los escribo y lo pongo en un álbum aunque los odies.

—No odio tu álbum, solo eres cruel.—dice ella acomodándose en mi pecho mientras que acaricio su cadera, bajo mi mano a su pierna dándole caricias, los días asi eran mis favoritos. Cuando no había nada que hacer y podíamos estar recostados todo el día sin pensar en trabajo, haciendo lo que queríamos. 

Una cosa que me hizo amar mas a Skyler, es como su autoestima había cambiado desde que nos separamos hasta que volvimos, era mas segura consigo misma. Los comentarios crueles, y las personas que se volteaban a vernos siempre estaban, pero ya no importaba tanto como antes le importaba. 

Entrelazamos nuestros dedos.

—¿Te casarías conmigo?

Ella sonríe y asiente.

—Claro, algún día, pero quiero una linda propuesta.

—¿Ah si?

—Si, debe ser linda y digna de Percy Craig, una propuesta de esas grandes y románticas, no una aquí acostados en el sillón donde tengo un pijama horrible...ah y debe haber un anillo o no es una propuesta. 

—Podrías tener una bolsa de papa como ropa y seguirías viéndote hermosa.

—Eso es porque me amas.

—Demasiado.

Ella me deja un último beso en los labios y luego se levanta para seguir trabajando en su libro, yo suspiro levantándome y preparo dos tazas de café dejándole el suyo al lado dándole un beso en la mejilla y dejándola escribir tranquila. 

La primera vez que vi a Skyler, pensé que me iba a odiar por haber tocado la guitarra a la noche, pero en realidad me lleve una gran sorpresa al ver que era una chica dulce, y divertida. Una chica que tenía tantas capas que tal vez yo no veía o, a diferencia de ella, inseguridades que no alcanzaba a ver. 

Seguimos trabajando en nuestra relación, que al igual que todas, no es perfecta. Tenemos nuestros momentos. Pero la amaba, y ella me amaba. Eso me era suficiente. Después de todo, era la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida. 

Charlas en el tejado (Midas King #1 y #1.5)Where stories live. Discover now