Capítulo 23

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VALENTINA


-Que bonita casa...

-Gracias. –Lo oí decir mientras cerraba la puerta. –El baño es la segunda puerta, y mi habitación la del fondo.

-Vale, voy al baño...

-¿Quieres algo para comer?

-No, no. –Asintió antes de que yo caminara hacia el baño.

Oriné antes de bajar la cisterna para lavarme las manos y la cara.

Debía despejarme un poco.

Cogí la toalla que había colgada a un lado dándome cuenta de la camiseta que había sobre el mueble.

Sonriendo, me quité el vestido para cubrirme el cuerpo con la camiseta antes de salir dirigiéndome algo insegura a la última habitación.

-¿Era aquí? –Entré dándome cuenta de la mirada que me había echado Gael de arriba a abajo.

-¿Esa es...

-Sí, la encontré en el baño. Si quieres me...

-No, no, es más, puedes quedártela.

-¿De verdad? –Asintió con la cabeza. – ¡Gracias! –Corrí hasta él para abrazarlo.

-Oye, Val... Quería hablarte sobre...

-No lo digas, por favor... Una vez lo soporto, pero que me digas dos veces que nuestros besos fueron un error, no...

-¿Y que quieres que haga entonces?

-Besarme. Quiero que por un día me trates como una mujer adulta y no como la hermana menor de tu mejor amigo. –Sonrió antes de agarrarme por la cintura haciendo que rodeara su cuerpo con mis piernas.

-Está bien. Haré lo que me pides con una condición...

-¿Cuál? –Me dejó sobre la cama haciendo que me sostuviera por los codos.

-Nadie debe enterarse de esto. 

-Excepto Abigaíl. –Rió con ganas antes de asentir.

-Excepto Abigaíl. –Afirmó aún con la sonrisa en la boca.

Sin pensarlo, agarré el dobladillo de mi camiseta con la intención de quitármela, pero me detuvo.

-¿Por qué no?

-Porque te respeto a ti y tu intimidad, Val. Una cosa son besos y otra cosa muy diferente es llegar hasta ahí.

-Pero yo quiero que tú seas... –Negó con la cabeza interrumpiéndome.

-No me pidas algo como eso, Valen. Lo siento... –Bajé la camiseta a más no poder para gatear hacia arriba y taparme con las sábanas. –Valentina...

No respondí, simplemente mordí mi labio inferior cerrando los ojos para que no me oyera llorar.

-Oye...

-Creí que te gustaba...

-Es algo difícil. Compréndeme. –Lo sentí acostarse a mi lado mientras suspiraba. –¿No piensas decir algo? – Negué mientras seguía llorando. –Ven aquí, anda. –Me arrastró hacia él poniéndome boca arriba para sonreírme. –Venga, tonta. Deja de llorar...

-Y encima me insultas... –Rodó los ojos antes de reír.

-¿Qué tengo que hacer para que dejes de llorar?

-Hace rato te dije que me besaras y aún no lo has hecho...

-Oh... –Se inclinó hasta mis labios para besarme dulcemente.

Ojalá pudiera recordar todo esto mañana.

¿Quién dijo que los sueños no se hacían realidad?  {NDN#3}Where stories live. Discover now