Capítulo 51

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VALENTINA

-¿Me veo bien?

-Por Dios, te ves espectacular. Dijo Abby sonriéndome a través del espejo. –¿Tus padres saben que saldrás a esta hora?

-Sí, se los dije cuando fui a ver a Derek por la tarde.

-Pues menos mal que ahora no están aquí para verte así...

-Lo sé. –Me miré por última vez en el espejo para sonreírme a mí misma.

Estaba guapa, y esta noche me sentía más guapa que nunca.

El vestido era un poco más corto de lo que estaba acostumbrada a ponerme, y el escote era muy pronunciado, por lo que estaba más que descartado usar sujetador con él, pero me gustaba mucho, y me quedaba como anillo al dedo.

-Te dije que así no ibas a salir de aquí.

-¿Qué tiene de malo? –Pregunté dando una vuelta sobre mis tacones.

-¿Qué tiene de malo, en serio?

-Vamos, cuñadito. Está preciosa.

-Tú no te metas en esto, Abigaíl.

-No le hables así tampoco, Elián. –La defendió Elliot llegando a nuestro lado. –Y si que lo estás, Valentina.

-Por Dios, tú también no, Elliot.

El claxon de un coche sonó avisándome de mi salida.

-Tengo que irme.

-Se lo diré a papá.

-Dile lo que quieras, Elián. No creo que por un simple vestido vaya a encerrarme en casa.

-Ja, lo veremos... –Rodé los ojos viendo como se sacaba el móvil del bolsillo.

-Adiós, chicos. Pasad buena noche. – Salí de casa sin más preámbulos para subirme rápidamente al coche de mi novio. –Arranca, por favor. No quiero que Elián venga hasta aquí también.

-Wow...

-¡Gael!

-Bien, bien. –Arrancó el coche mientras que yo reía.

-Ya lo sé, me veo hermosa.

-Y sexy.

-También... –Ambos reímos.

-Pobre Abby. Se moría de ganas por quedarse el vestido.

-¿Abby? –Pregunté confundida hasta que algo en mi cabeza hizo click. –¡Lo sabía! ¡Estabas con ella!

-Sí, lo siento... –Rió antes de agarrar mi mano para besarla. –¿Quién mejor que ella para ayudarme a escoger?

-¿Y se lo probó?

-Por supuesto. –Lo miré alzando una ceja. –O sea, en ningún momento se quitó el sujetador.

-No lo estás arreglando. –Dije mirando al frente molesta.

Una cosa era que mi amiga lo ayudara a escoger, pero otra cosa muy diferente era que ella se lo probara y él la viera. Con o sin sujetador.

-No te enfades, Valen. Todo lo hice pensando en ti...

-Lo estás empeorando más, Gael.

-Joder, yo y mis malditas palabras equívocas... –Maldeció por lo bajo.

-Deja que se entere mi hermano...

-Dios, no. Con un padre protector y dos hermanos ya tengo suficiente, no quieras sumarle un tercero a la lista.

-Tú te lo buscaste...

-Bff...

Reí por lo bajo intentado que no se diera cuenta.

Eso le serviría de lección para la próxima vez que quisiera la ayuda de Abby con un vestido.

₹₹₹


-¿Llegamos?

-Espera un momento. –Dijo cerrando una puerta detrás de nosotros.

Habíamos salido del restaurante en el que habíamos cenado antes de proponer que me tapara los ojos.

Al principio me negué, pero terminó convenciendome porque entonces su sorpresa no tendría emoción.

-Listo. –Me quitó el pañuelo de los ojos revelandome el salón de su casa repleto de pétalos de rosas. –Bienvenida a mi humilde morada, princesa.

-¿Pero qué? –Reí aún sin poder creerlo.

-Se que mi choza nunca podría estar a la altura de su palacio, pero...

-¿Qué dices? –Reí abrazándolo por la cintura.

-Y aún queda la mejor parte, su Majestad. –Me agarró la mano delicadamente para conducirme por el pasillo cubierto por los pétalos y algunas velas aromáticas encendidas. –Mis aposentos...

Sonreí al descubrir más pétalos sobre la cama y por el suelo.

-No debías hacer esto.

-Por vos, mi princesa, bajaría todas las estrellas del cielo si hiciese falta.

-Oh... –Rodeé su cuello con mis brazos para besarlo. Gracias a los zapatos de tacón que llevaba me quedaba casi a su misma altura.Que pena que no podamos disfrutar de este momento más allá de unos simples besos...

-¿Quien le dijo tal vil mentira?

-¿Cómo?

-Tengo permiso muy exclusivo del Rey todo poderoso para cuidarla y respetarla toda la noche.

-¿Qué? –Dije mirándolo confundida.

¿Hablaba en serio o seguía interpretando el papel de caballero?

¿Quién dijo que los sueños no se hacían realidad?  {NDN#3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora