Epílogo

2.4K 147 9
                                    

~CINCO AÑOS DESPUÉS~

VALENTINA

Abrí los ojos al oír el despertador antes de estirarme por completo en la cama.

Que rápido se había hecho de día, por Dios...

Oyendo un maullido mañanero por parte de mi gato, lo vi subirse a la cama para venir a mi encuentro.

-Espera, Poseidón. Acabo de despertarme...

No os riais. Realmente tenía un gato llamado Poseidón por cortesía de mi hermano mayor. Es más, había sido él quien me lo había regalado con esa condición.

-Bueno, hora de levantarse.

Me puse de pie bostezando para abrir las cortinas y dejar que los rayos del sol iluminaran la habitación.

Por suerte, mis clases de hoy en la universidad empezaban a las diez y media y tenía un poco más de tiempo para poder arreglarme.

Estudiaba administración y dirección de empresas más derecho. 

Sí, eran dos carreras en una, pero yo podía con eso y más.

Desde que me había graduado de bachillerato, tenía claro que estudiaría la misma carrera que habían hecho mi padre y Daniel, pero al saber que había una en la que además también podría obtener el título de derecho, me lancé de cabeza.

No iba a mentirles, me había costado lo suyo pasar de curso en curso intentando no suspender ninguna, pero había merecido la pena. Ya me encontraba en mi último año y pronto me graduaría.

Llené el cuenco de Poseidón con su comida gatuna más el del agua para colocárselo​ en su alfombrilla.

-Muy bien, pequeñín. Ahora te quedarás comiendo en lo que yo voy a ducharme.

Conecté mi móvil al pequeño altavoz que había pegado a la pared de la ducha para subir el volumen al máximo.

Una ducha sin música, no era una ducha.

Canté y bailé lo que quise al son de las diversas canciones que se reproducían aleatoriamente, y lo mismo hice mientras que me vestía y preparaba para salir.

El timbre del telefonillo sonó haciéndome brincar del susto.

-¿Quién?

-¿Bajas o subo?

-Cojo mi mochila y bajo.

-De acuerdo. –Respondió Regina, una de mis compañeras de clase y amiga.

Claro que no tan amiga cómo Abigaíl, pero una buena amiga.

Preparé mi mochila rápidamente y me despedí de mi gatito antes de salir de casa cerrando la puerta con llave.

-¡Buenos días!

-Buenos días. –Me respondió desganada.

-Vaya, chica. Cuanta felicidad...

-Lo sé, estoy agobiada.

-¿Y eso? –Pregunté abrochandome el cinturón de seguridad mientras que ella arrancaba.

Si, debí haberme sacado el carnet de conducir cuando cumplí los dieciocho, pero lo fui posponiendo para más tarde y todavía no lo tenía.

-¡No sé que vestido elegir!

¿Quién dijo que los sueños no se hacían realidad?  {NDN#3}Where stories live. Discover now