Capítulo 37

99 10 0
                                    

VALENTINA


-¿Y cómo te encuentras?

-Bien, bien. Sin molestia alguna.

-Eso es lo bueno, Andrea. Yo recuerdo que los gemelos no paraban de moverse. ¡Me tenían frita! –Dijo mamá moviendo las manos. –¡Y míralos ahora! Cumpliendo dieciocho años...

-Sí, ya son todos unos hombrecitos... – Rodé los ojos ante la nostalgia de las dos mujeres frente a mí.

Y menos mal que la abuela estaba más alejada de ellas, sino esto se convertiría en un pozo sin fondo...

¿Qué por qué estaba aquí escuchando una conversación en la que ni siquiera estaba pendiente en vez de estar con Abigaíl o Gael?

Fácil, mi mejor amiga estaba con uno de mis hermanos mientras que mi novio aún no había llegado.

-Hello! ¡Holita!

-¿Emily?

Sorpresa! –Dijo Frank, el padrino de Dan.

-¿Pero qué haces aquí? –Lenna se acercó a ella para darle un emotivo abrazo.

-No podría perderme el birthday the my babies. Happy birthday!

Gracias! –Respondieron ambos antes de acercarse a abrazarla.

-Siento no haber podido venir a tu birthday, Val. –Me sonrió dándome una de las bolsas que llevaba en las manos. –Hmm... Happy birthday... atrasado.

-No tenías que traerme nada, Em. –Abrí la bolsa emocionada al no esperarme el recibir un regalo. Una figurita de Peter Pan yacía dentro de la bolsa perfectamente envuelta para que no se rompiera. –¡¿En serio?!

-¿Te gusta?

-¡Me encanta! ¡Muchísimas gracias, Em! –Ella negó sonriendo antes de dirigirse ahora a mis hermanos. 

Guys, también tengo gifts para vosotros!

Hacía mucho tiempo que no veía a Emily. Estaba cambiada. Se había cortado el pelo y ahora parecía mucho más madura desde la última vez que vino a visitarnos.

Ah, y su castellano había mejorado mucho.

-¿Tú sabías que venía?

-Claro. Franklin contactó conmigo hace unos días para avisarme...

-¡Me lo hubieras dicho! –Papá miró al cielo antes de que mamá se enganchara a él para besarlo.

Como si tuvieran quince años...

-¡Hola! Siento la tardanza.

-¡Gael! –Mi primer instinto fue correr hacia él para besarlo, pero tenía que mantener la postura. 

-¿Qué hay, muchacho? Creí que ya no vendrías. –Papá le estrechó la mano calurosamente haciéndome sonreír.

-Lo siento, se me hizo muy tarde...

-Y eso que les di permiso para que pudieran salir antes. –Fruncí el ceño.

¿Qué había hecho qué?

Miré a Gael acusadoramente mientras que él se encogía de hombros.

-¿Y Dan?

-Oh, por Dios... ¿Qué te pasó en la cara?

Y esta vez sí que no pude controlar mi acercamiento.

¿Quién dijo que los sueños no se hacían realidad?  {NDN#3}Where stories live. Discover now