¿Quién dijo que los sueños no se hacían realidad? {NDN#3}

Capítulo 66

NARRADOR OMNISCIENTE

El mes había pasado y con ello aquella propuesta por parte de Valentina hacia su novio.

Propuesta que Gael se había saltado algunos días cuando iba a visitarla contra todo pronóstico a su casa.

Valentina se había enfadado todas aquellas veces, pero sin embargo, le había encantado que aún así él siguiera buscándola demostrándole cuanto la quería.

-¿Cómo vas?

-¡Estresada! –Confesó frente al espejo pintándose los labios. –Creo que nunca había estado más nerviosa en mi vida.

-Por Dios, que no vas a casarte. –Le respondió Elliot desde la cama junto a su novia.

-Lo sé, pero saber que después de la fiesta ya viviré oficialmente con Gael es... ¡Maravilloso!

Elliot rodó los ojos mientras que Abigaíl reía.

Y así era, hoy por fin era el día en el que Valentina cumplía la mayoría de edad.

En su casa le habían preparado una fiesta de celebración como todos los años, pero sin embargo, para ella no era una fiesta como cualquier otra, no, para ella significa la fiesta que la llevaría a vivir los mejores y peores momentos de su vida junto al hombre que amaba. 

-Hija, todos están ya a... ¡Oh, por Dios! ¡Estás hermosa! –Gritó Lenna al verla desde la puerta. –Mi pequeña princesa...

-Mamá... –Murmuró ella al ver como su madre se estaba emocionando. –No quiero llorar, así que no lo hagas.

-¡No puedo evitarlo! –Caminó hacia ella para abrazarla fuertemente. –Te quiero tanto, hija...

-¿Por qué siento que sobro en esta familia?

-¡No estés celoso, Elliot! –Le gritó antes de caminar hasta él para abrazarlo también. –Ahora todos vamos a bajar y como si no hubiera pasado nada.

Todos asintieron para salir uno a uno de la habitación mientras que Valentina se miraba por última vez en el espejo.

Su madre no se había equivocado, la chica estaba realmente guapa con aquel vestido corto color crema con detalles de encaje en la parte superior.

Al bajar las escaleras y salir al jardín trasero, todos le aplaudieron felicitándola e incluso cantándole el cumpleaños feliz de antemano.

Valentina no podía estar más feliz, riendo y hablando junto a su familia y algunos amigos nuevos que había hecho aquellos días en la universidad.

Pronto las horas pasaron y después de cantarle el cumpleaños feliz junto a la tarta, abrir los regalos y soltar alguna lagrimilla que otra cuando le habían puesto un vídeo con fotos desde su nacimiento hasta la actualidad, a su madre se le había ocurrido poner algo de música para formar una pista de baile improvisada donde pudieran bailar en parejas.

-No puedo creer que a partir de esta noche ya dormirás siempre en mi cama... –Le susurró Gael en su oído para que solo ella lo escuchara.

-Lo sé, yo también estoy feliz. –Dió una vuelta en cuanto el chico le soltó una mano antes de volver a enrollarlas alrededor de su cuello. –¿Ves como no fue tan malo el mes?

-Para mi fue una eternidad...

-Calla, bobo... Ni siquiera hicimos el mes por venir tantas veces a mi casa.