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Se despertó con el sonido de los golpes en la puerta. Levantó la cabeza, espabilando.
Frente a él había una máquina de coser con tela a medio coser, retazos de tela en el suelo y un maniquí con un centímetro colgado.
Parpadeando, adormilado, se sentó derecho en la silla del escritorio. Estiró su espalda haciendo que los huesos de su columna suenen. Soltó un quejido y estiró los brazos hacia el techo.

Se volvieron a escuchar los golpes en la puerta. Miró la hora en el reloj de la pared, eran las doce pasadas del mediodía, casi la una de la tarde. Se levantó de su silla y se apresuró a abrir la puerta.

—Clarice... —dijo al verla.

—Me dijiste que te llamara si no bajabas para el mediodía —le recordó.

Jungkook chasqueó la lengua, iba atrasado.

—Gracias —dijo en un suspiro.

Caminó hasta el perchero y tomó un saco de vestir, se abrigó con él, tomó su portafolios y se dispuso a bajar la escalera.

—¿No vas a comer? —preguntó Clarice al verlo embalado hacia la puerta de la tienda.

—¡Como cuando regrese! —se escuchó que decía desde la planta baja.

Jungkook salió de la tienda y empezó a caminar a paso apurado por la peatonal.

Había trasnochado, cosiendo hasta que el sueño le había vencido. Hacía meses que no le pasaba algo igual, su creatividad estaba volviendo.

Esquivó a las personas que se le cruzaban, caminando con mucha más paz que él. En un punto casi se tropieza con un adoquín que estaba un poco levantado, se reincorporó al instante.
Cuando llegó a la fuente, frente a la tienda de modas infantil, no había nadie. Giró sobre sus talones, mirando alrededor, Jimin no estaba en ninguna parte. Miró a la hora del reloj en la cima del edificio, ya era tarde: el bailarín se había ido.
Llevó la mano que tenía libre a su cabeza, no podía creerlo.

Pensó rápido. Miró hacia el final de la peatonal, una idea cruzó su cabeza: tal vez podía encontrarse con él en el camino.
Caminó entonces hacia la dirección por la que veía que Jimin se alejaba cada vez. Miraba hacia todos los callejones, por las dudas, buscando sin éxito alguno. Optó por seguir caminando por la peatonal.

A lo lejos, reconoció una inconfundible cabellera rubia. Lo vió cruzar la calle cuando el semáforo se puso en verde, seguido de aquel gato negro que había visto el día anterior. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook: lo había encontrado.

Ya con el ánimo elevado y su corazón latiendo rápido, siguió su camino intentando no perder de vista al rubio. Apuró sus pasos con la intención de llegar al cruce antes de que el semáforo cambiara a rojo, falló. Soltó un suspiro de frustración, tan cerca pero tan lejos.

Siguió a Jimin con la vista, lo vio doblar la esquina. Entonces el semáforo cambió a verde y Jungkook corrió cruzando la calle. Siguió trotando hasta llegar a la esquina. Vio a Jimin doblar otra vez, desapareciendo detrás de la pared de un edificio, casi lo perdía de vista. Jungkook no tenía idea de a dónde se dirigía pues nunca había transitado esas calles angostas.

Jimin siguió caminando derecho por la vereda, el joven diseñador estaba a una cuadra de distancia.
Fue entonces que el panorama se abrió. Las calles se volvieron menos angostas y los edificios más bajos. Jungkook vió a Jimin abrir el portón de un edificio de dos pisos de fachada colonial. Jungkook detuvo su andar, se ocultó contra la pared de un edificio para mirarlo sin ser descubierto. El gato se quedó afuera y Jimin ingresó al establecimiento.
Jungkook se quedó mirando la estructura. Se veía como un hotel con muchos balcones y ventanas alargadas. Se acercó al alto portón de hierro, el gato frotó los costados de su cuerpo contra las pantorrillas de Jungkook. El joven rodeó los barrotes de la reja con la mano que tenía libre. Vió un cartel que estaba escrito en una baldosa al lado de la puerta de entrada. Agudizó su vista.

—"Orfanato Esperanza" —alcanzó a leer.

Su ceño se frunció en sorpresa, extrañado.
Sin más, abrió el portón y entró al predio del edificio, el gato se sentó en el suelo rodeando su cuerpo con su cola. Siguió un camino de ladrillo que lo llevó hasta la gran puerta principal. Era una puerta de dos hojas de madera de roble con pestillos de metal labrados. Giró uno de los pestillos, la puerta estaba abierta.

El olor a comida inundó sus narinas, olía a exquisitos fideos con salsa. Se escuchaban risas y conversaciones. Miró alrededor, era un gran salón principal con un par de escaleras de madera que subían al segundo piso. Entre medio había una puerta que decía "dirección", un mostrador vacío con un teléfono en la pared y unas cuantas sillas de madera al estilo de sala de espera. Guiado por su instinto, subió las escaleras. Se cruzó con una mujer de delantal y vestido gris largo hasta los tobillos que cargaba una escoba.

En el segundo piso el aroma a comida era mucho más fuerte.
A los costados había una serie de puertas de madera con carteles colgados con nombres de niños y niñas. Las paredes estaban pintadas con huellas de manos de diversos colores.

Las voces se escuchaban más claras ahora, provenían de una habitación que estaba al frente. Se dirigió hacia allí y empujó una de las puertas para abrirla.
Era un comedor con mesas largas repletas de niños de todas las edades que esperaban en su lugar.
Al fondo estaba el mostrador de la cocina, detrás del que había hombres y mujeres con delantales blancos y pañuelos en la cabeza. Servían platos de comida que unos cuantos jóvenes repartían a los niños. Entre ellos, pasando una jarra de agua, estaba Jimin. Jungkook lo miró asombrado, preguntándose si el chico trabajaba allí.

Con cautela, se adentró en el comedor. Una chica que lo vió se acercó a Jimin y le dijo algo en el oído. Él volteó en su dirección y se sorprendió al verlo. Le dijo algo a la chica que Jungkook no alcanzó a escuchar y se acercó a él.

—Jungkook, ¿qué haces aquí? —le preguntó con nerviosismo.

Jungkook abrió la boca a punto de decir algo, pero no lo dijo. Volvió a disponerse a hablar.

—Llegué tarde para verte bailar —intentó explicarse.

Jimin dejó la jarra de agua sobre una mesa. Miró a los costados, tomó a Jungkook de la mano y caminó hacia afuera del comedor. 

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Actualización desde la facu jaja

espero que les haya gustado el capítulo <3 
espero sus comentarios

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