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—¿Conseguiste vales para los tres? —preguntó Jungkook, mirando los papelitos en la mano de Clarice.

Clarice suspiró, terminando de recuperar el aliento.

—Después de unos... cinco minutos de súplica profesional —presumió posando una mano en su cintura.

—¿Está bien que yo vaya así? —habló Jimin, preocupado, mirando el uniforme del orfanato y comparándolo con las elegantes ropas de los otros dos.

—No creo que haya problema —opinó Clarice.

Jimin miró a Jungkook, para saber qué opinaba. Él lo miró por unos segundos, era una mirada parecida a la que había recibido cuando se probó sus diseños. Estaba analizando su cuerpo y, por unos instantes, Jimin se sintió desnudo.

—Vamos arriba —dijo Jungkook, empezando a caminar hacia la escalera—, creo que tengo algunas prendas de tu talle. 

El bailarín lo vio agarrarse del pasamanos para subir al segundo piso. Se quedó como en un trance observando la firmeza de sus pasos y la forma en la que los tendones de su mano se marcaban.
Clarice le dio una suave patada a su zapato, llamando su atención. El chico la miró, ella le hizo una seña con la cabeza para que siguiera a Jungkook. Jimin aclaró su garganta y, algo avergonzado, caminó a paso rápido hacia la escalera.

Cuando entró al estudio, se encontró con que Jungkook estaba agachado buscando algo en un baúl. Miró hacia Jimin por un instante y volvió a lo que estaba haciendo.

—Hace un tiempo diseñé un conjunto para un presentador de un concurso de música —dijo Jungkook observando las prendas que se iba encontrando—. Fue rechazado por ser colorido, pero es uno de mis favoritos.

Jimin se acercó a él y se agachó a su lado. Observaba todos los diseños que Jungkook iba sacando, perfectamente doblados y guardados en bolsas transparentes.

—¿Estos son los diseños para la subasta? —preguntó Jimin, levantando uno de los paquetes del suelo para observarlo.

—Exacto —Sacó un conjunto y lo inspeccionó, era el que estaba buscando. Se lo dio a Jimin en las manos.

Jimin lo sostuvo cerca de su rostro, mirando el diseño a través del nylon. Podía ver una camisa amarilla y un pañuelo con ornamentaciones marrones y anaranjadas.

—Cámbiate rápido que Clarice se desespera —sonrió Jungkook, volviendo a guardar las bolsas en el cofre.

Jimin asintió y se levantó para ir al baño.
Ya dentro, se quitó los zapatos. Desprendió sus tiradores y se bajó el pantalón. Empezó a desabotonarse la camisa. Se miró al espejo que estaba sobre el lavamanos, sin ropa. Se detuvo en el ancho de sus finos hombros, en el largo de su torso, en el diámetro de su cintura... Se preguntaba si Jungkook podía ver su figura a través de la ropa, si podía adivinar sus proporciones, si se lo había imaginado desnudo alguna vez. Sacudió su cabeza como espabilando, sacando todos esos pensamientos de su mente.
Abrió la bolsa, con cuidado, y se sacó la camisa. Se la puso y, de forma para nada sorprendente, le quedaba perfecta al cuerpo. En la bolsa también había un pantalón de vestir marrón, de tiro alto, que se ensanchaba de la rodilla hasta el tobillo formando una campana.
Jamás había usado un pantalón así. Jamás había visto sus curvas así. Se sentía sexy y elegante a la vez. Nunca se había sentido igual al vestirse, nunca había usado esos colores. Se sonrió al verse al espejo, era una linda sensación.
Por último, volvió a ponerse los zapatos.
Tomó el pañuelo y no supo qué se suponía que tenía que hacer con él. Agarró su ropa del uniforme y salió del baño.

Jungkook se arregló las mangas del saco en cuanto escuchó la puerta y se paró erguido. Jimin rió al notarlo.

—Como siempre, tienes buen ojo —dijo Jimin, acercándose a él.

Inspírame 🧵 [JiKookMin]Where stories live. Discover now